Los palos de golf traen de serie un tratamiento antióxido que puede ser variado: cromado, pavonado, niquelado o generalmente pasivado. Ese tratamiento, poco a poco va perdiendo propiedades por golpes, ralladuras o símplemente paso del tiempo, dando lugar al óxido del material ferroso que compone el acero con que están hechos.
Este óxido debe tratarse para que no penetre en las capas interiores de los palos, llegando a debilitarlos y cambiando sus propiedades originales. Lo más sencillo y económico es usar un producto desoxidante a base de ácido ortofosfórico (normálmente al 1%) que se aplica con un simple trapo (recomendable guantes) y que encontrarás en cualquier gran superficie de bricolaje. Este es de la marca Titán.
Lo ideal sería una vez desoxidado aplicar algún tratamiento químico, pero eso lo dejamos para un próximo post.
Y como dicen que una imagen vale más que mil palabras, ahí llevas alguna foto del antes y el después de un wedge oxidado.
y si además te atreves a pavonarlo, este será el resultado
