por Barri » Vie May 14, 2010 12:36 am
Pollarrakas, pollarrakos, pichones y palomas:
Dado que parece que hoy ha sido intenso forilmente, creo que la ocasión merece que relate uno de mis inmarcesibles sucedidos; Todo viene a colación de que me he caído del guindo. Y me explico:
No es que yo juegue que te cagas, es más, mi juego suele ser aberrante y especialmente absurdo, pero me sorprendía encontrarme con gente con jandicarl 20-22-24... que jugaban por debajo del nivel de un mandril, ésto es, peor que yo. Me hacía cruces, no lo entendía. Y un día, vi la luz. No he relatado ésto antes porque temía (temo) por mi físico, pero pasó hace semanas.
La cuestión es que en un campo de la provincia donde resido (Badajoz), pedí salida y me arrejuntaron con tres pájaros de Lugo que pretendían llegar a Madrid por la costa, y pararon a hacerse unos hoyitos en medio del viaje.
Me gusta imaginar a qué se dedica la gente con la que juego, obviamente nunca lo pregunto, perdería su encanto. A primera vista parecía gente normal (craso error... o no), quizás profesionales liberales, o técnicos especializados, honrados trabajadores de cualquier honrado oficio. Tras acabar la partida, concluí que habían hecho de su vocación oficio y se dedicaban a los triles, y estaban de ruta hacia cualquier populoso pueblo en fiestas.
Tras las presentaciones en el tee del 1 y los proverbiales buenos deseos, me preguntan qué jandicarl tengo. 'Vintisiete'-digo-'pero soy muy malo y no cumplo ni jamematen'. 'No te preocupes'-me dice uno con una sonrisilla altiva-'todos hemos estado ahí'. Ya pensaba yo que me habían metido con tres 'pros' que te cagas. Renglón seguido, y sin preguntarles nada, me cuenta el 'pandereta' que ellos tenían jandicarl 22, que habían empezado a jugar los tres juntos, que se apuntaban a todos los torneos habidos y por haber, y que llevaban tiempo en 'la brecha'. Vamos, unos fieras.
Asustadita me tenían. El figura anterior, que evidentemente era el portavoz del grupo, coloca bola en el tee. Saca el driver, me comenta que lo ha comprao por cuatro duros en nosequé tienda porque tiene un contacto que te defecas y le avisa cada vez que sale un chollo; Vamos, como un perista del lumpen cualquiera, y no quiero pensar que fuera material afanao. Golpea y bola al agua. Sus compañeros, uno a por uvas y el otro a cascala. A partir de ahí, guerra sin cuartel: se jugaban las cañas y no habría piedad; La serie de trampas, interpretación interesada de las leyes, triles, triquiñuelas y juegos de manos iba a embelesarme.
Como digo, los tres panderetas éstos, buenos jugadores de golf según su propio parecer, me abrieron los ojos y dieron un 'master' gratis. No puedo recordar todo lo que pasó, porque ya digo que hace tiempo, pero vamos a destacar unas cuantas de las muchas lecciones recibidas ese día:
1º DROPAR. Yo pensaba que se dropaba normalmente sin ganar distancia, normalmente hacia atrás, normalmente una vez. Pues no. Tras tirar mi bola al agua y droparla, me llega uno de los fenómenos y, al ver que me había dropado en un hoyo, me dice: 'Puedes dropar hasta tres veces'. '¿Jaaarl?-inquiero-. 'Si, cuando te cae la bola mal, la puedes volver a dropar. Y si vuelve a caer mal, otra vez. Y si a la tercera tampoco te cae bien, entonces ya la colocas donde quieras'. Tras rehusar a recolocar mi bola y dar el golpe, dándole las gracias por dicha lección. se encargó de mostrarme cómo se hacía en el siguiente hoyo, donde tuvo que droparse. Hala macho, con dos cojones.
2º JUEGO LENTO Y CEDER EL PASO. GRUPO. A resultas de las chanzas, bromas y frecuentes discusiones que tenían entre ellos relativas a las trampas que se iban haciendo unos a otros, los caracoles nos adelantaban por el verde pasto; Teníamos a dos damas en la partida posterior, y me estaba poniendo nervioso porque veía que las señoras iban más rápido. Me dirigí al jefe de la banda sugiriendo dejarlas pasar, a lo que me contestó: 'Ellas son dos y nosotros cuatro, así que tenemos preferencia'. Le dije que, si no recordaba yo mal y que me perdonase la vida si no era así, que un grupo lo formaba un único jugador. ¡Qué le has dicho, un pollo que recién ha roto el cascarón!. Creo que empezó a odiarme en ese mismo momento. Aprovechando un momento en que desvió su fulminante mirada, me acerqué a las señoras y les pedí disculpas.. intenté explicarme pero llevaban tal cabreo que al final lo pagué yo... '¡RITMO, RITMO!', me decía una, mientras la otra se apiadaba de mi al ver mi sincero semblante aconjogado. Debí pedir a las damas que me dejasen jugar con ellas, pero me parecía hacer un feo a mis compañeros de partida. Si me pasa otra vez, y visto como siguió la partida, me paso por el arco del triunfo dicho pensamiento.
3º FUERA DE LIMITES. Otro de los pollos sale FL. Me quedo esperando a que saque otra bola, pero no le veo intención y le pregunto si no tira una provisional no sea que, por un casual, no encuentre su bola (todo ésto dicho con ironía pero con total cuidado de que no se notase el sarcasmo en mi voz). 'No -me dice- me dropo por donde ha salido la bola dos palos hacia atrás'. A mi se me queda cara de pez-polla, pero no digo ni mú porsiaca le da por darme una paliza.
4º PUTS CONCEDIDOS. Otro de los pollos, entra de 4 en grin. Patea y la bola se queda a dos dedos del hoyo. Le conceden el put, y se apunta 5 golpes. Jugando medal. Peazo lecsión.
5º FOOTWEDGE. El jefe de la banda, mientras habla con otro de los compañeros y señala al cielo, le da una patada a la bola. Yo la flipo. A éstas alturas, creo que nada me podrá sorprender ya.
6º BOLA EQUIVOCADA. Hoyo con agua. El jefe de nuevo: no encuentra su bola. Mientras buscan, salen los de la partida de detrás (las damas se habían cruzado a otro hoyo, desesperaditas las pobres). 'Il cappo' se va hacia atrás, y grita que ha encontrado su bola. Golpea y se va a un obstáculo de agua frontal. En un ataque de lucidez, tras tirar su bola al agua, grita informando que no era la suya, y que se dropa una bola sin penalidad. Mientras, el grupo de atrás empieza a gritar: ¡ESA ERA MI BOLA!. El jefe se gira y se pone a discutir voz en grito, recriminándoles que no tenían porqué salir del tee antes de que nosotros llegásemos a grin. Palabras gordas y gruesas. El grupo posterior se acerca, se acojonan y se callan. Los mafiosos continuamos partida. El jefe, tras fuera límites y agua en un par 3, se anota 5 golpes en el hoyo. Uno de sus compañeros recela y se calla; El otro directamente es un melón. Yo quiero dejar de jugar e irme a mi casa, pero he pagado el grinfi... y me jode tirar el dinero.
No quiero aburrir más al respetable, y además no me acuerdo de más trampas. Tras acabar el último hoyo, empieza el recuento. Estoy más que seguro que hice menos golpes que ninguno, y creo recordar que acabé con 115. Pues bien, tras una aberrante contabilidad por su parte, concluyen que han hecho 98, 97 y 95 golpes. Gana el jefe.
Así pues, ya entiendo cómo tienen muchos jugadores el handicap que tienen; El golf será un deporte de caballeros, pero ingentes cantidades de 'caballeros' no están hechos para el golf.
'Yo también creo que en Humor Amarillo moría gente' (Anónimo)
'Nos hemos inventado paises guays como jangley , mengler an glevar' (Los viejunos)