por Logan » Lun Abr 23, 2012 6:39 pm
DIARIO DE UN AMATEUR
Recuerdo la primera vez que cogí un palo de golf entre mis manos. Fue en mi primera clase en la que, después de escuchar algunas nociones básicas sobre ‘grip’ y colocación, pasé a ejecutar mi primera secuencia de acciones con el fin de llevar a cabo un movimiento del palo que tuviera por objeto el golpear una pequeña bola que se encontraba en el suelo delante de mi. El resultado es que el palo se movió hacia la bola pero pasó de largo, bajo mi incredulidad, sin llegar a impactar con ella y empecé a sentirme incomodo, con cierto rubor. El segundo intento fue más premeditado. Intenté recordar las ultimas nociones básicas que me fueron transmitidas no hacía mas de 15 minutos y me auto convencí de que esa vez iba a demostrar a los presentes como con mi coordinación de movimientos, heredada de mi anterior afición tenística y de mi buena concepción espacial, sería suficiente para impactar la bola con cierto estilo y alejarla de mi hacía la izquierda, en dirección a la cancha de practicas como si esa esferita blanca me estuviera quemando en los pies y así fue: la bola salió en esa dirección, a ras de suelo y se detuvo a no mas de 10 metros de distancia.
–Ahora sí -pensé - ya estamos en el buen camino-. Después de aquellos 50 minutos de mi primera clase no recuerdo haber ejecutado un golpe que hiciera que la bola saliera en dirección y distancia adecuadas.
Ya ha pasado algún tiempo de aquello y sin embargo sigo colocándome sobre la alfombra, en la cancha de practicas, con la intención de que mi hierro 5 envíe la bola en dirección a una bandera blanca que se encuentra a 154 metros de distancia, con el objeto de que el sábado en el campo pueda alcanzar, con ciertas garantías, el green del hoyo nueve, un par cuatro con dog-leg a la derecha, en regulación.
De todos es sabido el gran poder de absorción de esta actividad que es el golf y que cuando te engancha se acabó todo. Tu forma de concebir la realidad es orientada hacia un plano determinista y tus acciones solo persiguen, como ultimo fin, el conseguir salir a jugar al campo en el menor tiempo posible. Como me comentó un buen amigo golfista no hace mucho, al respecto de organizar sus próximas vacaciones veraniegas, que su primera prioridad era encontrar un hotel que disponga de campo de golf en sus propias instalaciones, a no más de 15 minutos de distancia en coche.
Las razones de por que el individuo llega a tener estos comportamientos, casi obsesivos, quizás sea tema de debate en un foro especializado sobre los aspectos cognoscitivos del ser humano. En mi caso, tengo que reconocer que el golf no es lo único que me ha llevado a este tipo de situaciones quizás porque he tenido la fortuna (o la desgracia) de enfrentarme con determinadas actividades que han supuesto un reto de superación, en el ámbito personal, por conseguir unos ciertos resultados como consecuencia de un gran trabajo y esfuerzo.
Es ese reto lo que me ha llevado a realizar una aproximación a lo que podría ser un trabajo de investigación sobre aquellos aspectos básicos del golf para poder llegar a conseguir, como resultado, una consistencia adecuada en el juego.
La verdad es que no ha sido fácil ya que existen muchas visiones diferentes sobre los mismos conceptos pero a su vez, es esta gran diversificación, la consecuencia de que no existe un único modelo que explique temas tan concretos (o difusos) como es la construcción del swing de golf.
Lamentablemente, en las escuelas de golf (y lo digo por mi propia experiencia en alguna de ellas y sin meter en el saco a todas las demás), es habitual encontrar profesionales académicos que solo se limitan, sobre una alfombra de practicas, a detectar problemas y aplicar remedios de forma mecánica sin transmitir aquellas ideas que fundamentan la aplicación de los mismos.
Mi opinión y como siempre, basada en mi propia experiencia, es que rara vez existe una gestión adecuada de los niveles académicos de los alumnos. No existen, de forma explicita, programas de estudios, ni expedientes de alumnos donde se reflejen los avances realizados. Las clases grupales no se confeccionan en base a un nivel de juego, muy probablemente, debido a la escasez de demanda cuando se ha alcanzado ya un cierto nivel. Esta modalidad de clases grupales es mas especifica de clases de iniciación y cuando alcanzas un nivel de juego mas alto, o bien optas por las clases particulares, si económicamente te lo puedes permitir, o dejas de dar clases y optas por el auto estudio.
En el auto estudio de golf, como en cualquier otra actividad, es necesario seguir una buena metodología que disponga de buenas fuentes documentales y hacer uso de la tecnología, siempre que esta esté disponible.
Afortunadamente, en el mundo del golf, disponemos de cierta tecnología para llevar al cabo funciones de análisis a partir del uso de simuladores o la misma grabación de video. Esto te va a permitir el detectar tus fallos en el monitor, y analizar parámetros como velocidad, spin ó ángulos de vuelo en el simulador.
Pero espera, para esto debes tener muy claros cuales son los fundamentos del golf. De nada te servirá saber que la bola sale de la cabeza del palo con cierto spin lateral si no conoces la física del vuelo de la bola y las repercusiones que tiene este efecto de spin sobre ella.
Y el conocimiento de los fundamentos implica un trabajo de investigación que a menudo te llevará a consultar distintas fuentes y en contextos muy diferentes si quieres que el trabajo sea aceptable.
Así es, en contextos muy diferentes, ya que temas como la preparación mental ó la propia preparación física del golfista me parecen tan fundamentales como saber cuales son los fundamentos del swing de golf.
De los profesores que he tenido, alguno me ha intentado transmitir los fundamentos del por que de una corrección ante un defecto detectado, eso si ‘a su manera’ porque al final el golf es una actividad en la que rigen las sensaciones y cada uno tenemos las nuestras. En cambio otros no lo han hecho nunca quizá no porque no fuera su intención sino que la causa pudiera ser que no supieran hacerlo.
Cuantos de nosotros no hemos echado de menos el disponer de la figura del instructor de golf que te hable de los fundamentos de los diversos golpes, de la estrategia del campo, de la preparación mental ó de cual equipo es el que mas se adecua a tus características, por poner algún ejemplo.
Y como, en algunas ocasiones, estos conocimientos como que te caen del cielo, en una vuelta cualquiera, si tienes la suerte de jugarla con alguien de mas nivel que tú.
El reto es la búsqueda del conocimiento verdadero que predispone al golfista a conseguir un gran nivel de juego y nuestro objetivo es poder alcanzarlo en algún momento.
Recuerdo que, al inicio de un curso de golf en el que nos encontrábamos varios alumnos, el profesor encargado nos formuló una pregunta, como parte de una rutina, con objeto de obtener un ‘feedback’ que le permitiera establecer una estrategia inicial para enfocar el trabajo que debía empezar ese mismo día. La pregunta en cuestión era algo como -¿Qué pensáis acerca de ‘que parte del cuerpo controla’, en mayor medida, el movimiento del palo? ¿Son las manos? ¿Son los brazos? ...- A lo que mis compañeros fueron contestando uno tras otro y cuando me llego el turno, le dije, aunque no recuerdo exactamente mis palabras, algo así como que para mi el movimiento yo lo visualizaba como un ‘todo’ por lo que no tenía claro que parte de mi cuerpo está controlando el mismo.
Pienso que esa afirmación fue fruto, mas bien, de la incertidumbre que me indujo la pregunta y como queriendo salir del paso lo mas airoso posible, no decantarme por ninguna de las opciones en particular sino por todas ellas.
Como anécdota que fue, esa contestación que ofrecí ocupó un sitio dentro de mi memoria y que recuperé, en un momento dado, como una de las ideas más significativas y clarificadoras sobre la concepción del swing de golf que tengo en este momento.
Respecto al swing de golf, decir que es uno de los componentes mas importantes del juego y su control es fundamental para obtener buenos resultados, pero conviene no olvidar que además están otros tan importantes como es la concentración mental, la forma física o la propia estrategia de juego. Si alguno de estos falla, rara vez conseguiremos hacer una buena vuelta.
Lo que si es cierto es que al swing de golf se le dedica el mayor esfuerzo en los inicios porque se trata de algo novedoso, al contrario del resto de componentes que, en mayor o menor medida, hemos desarrollado en otro tipo de actividades.
En este punto, quisiera hacer una referencia a una de esas personas que han dedicado su tiempo a investigar sobre los fundamentos del swing y que afirmó lo siguiente: “El único objetivo del swing de golf es producir un impacto correcto y repetitivo y el método empleado para conseguirlo no tiene ninguna importancia siempre que sea repetitivo”. Esta afirmación está en la línea sobre el pensamiento que tengo de que no existe una metodología única para desarrollar un buen swing, al contrario, he encontrado tantas opiniones al respecto que incluso llegan a ser contradictorias en determinados aspectos.
Esto puede suponer un perjuicio para quien esta ‘construyendo’ su swing en una fase inicial. De hecho, en mi caso, he llegado a experimentar como dos profesores distintos de una misma academia y en el transcurso de una semana me han explicado una misma técnica de forma tan dispar que me ha llegado a producir tal confusión hasta el punto de no saber que estaba haciendo.
Aquí es donde radica el problema. Acaso ¿una metodología es la correcta y otra no lo es? Y sin embargo las personas que se han decantado por cada una de ellas, sin sufrir ‘contaminación’ de las demás, han conseguido, no sin esfuerzo, ‘mecanizar’ su swing en un momento dado.
Efectivamente, parece que la mayoría de las personas que inician una metodología con un mismo profesor y la mantienen a lo largo del tiempo pueden llegar a alcanzar buenos resultados a la hora de ‘mecanizar’ el swing, y aclaro el concepto de ‘mecanizar’ como el hecho de memorizar el conjunto de acciones que llevadas a cabo de forma secuencial provocan un movimiento del palo con el fin de ejecutar un impacto correcto y repetitivo sobre la bola.
Una vez memorizadas, es necesario poder desencadenar, de forma refleja, esa secuencia de acciones. Esta forma refleja de mover el palo es lo que apuntaba como idea fundamental del swing de golf. El movimiento del palo se inicia en un momento dado sin que sea necesario hacer una estructuración consciente de las distintas fases, a saber, setup, backswing, downswing, follow-through y finish, sino que se trata como un ‘todo’, algo que sucede con naturalidad, de forma conectada, como el jugador de tenis que ejecuta un golpe de revés con su raqueta.
El llevar el palo por el camino correcto es lo que determina que lleguemos a impactar la bola con garantías suficientes para conseguir la dirección y distancia de vuelo adecuados según habíamos concebido el golpe. Este camino correcto del movimiento del palo es el fruto de la buena mecanización de nuestro swing.
Como he comentado, existen diversas metodologías utilizadas en la construcción de un swing de golf para un jugador determinado, que manejan ideas distintas incluso contradictorias. El hecho de escoger una u otra más bien parece fruto de la casualidad, en función de que sea la empleada por una academia, por un profesor determinado o que la hayas leído en un libro de tal autor.
Nos podríamos plantear lo siguiente: ¿Una metodología determinada es aplicable a cualquier jugador? La respuesta es SI, pero hay que añadir lo siguiente: los resultados pueden NO ser los óptimos.
Esto es evidente, cada individuo tiene unas cualidades físicas determinadas como movilidad, capacidad de sincronización de movimientos, potencia atlética, etc. por lo tanto hemos de suponer que estos factores, intrínsecos a la propia naturaleza del individuo, van a ser determinantes a la hora de conseguir una maximización del rendimiento que nos permita alcanzar el mayor grado de perfección en el desarrollo de la mecánica de nuestro swing.
La clave es estudiarse uno mismo, saber cuales son nuestros limites y planificar un trabajo acorde a nuestras posibilidades. Los resultados pueden ser sorprendentes!
Mucho ánimo.
Logan