Después de una ronda este domingo en que acabé al borde de la locura de tanto pensar en mi stance, grip, plano y su PM, con la consecuencia lógica de que no daba un golpe a derechas, me fui ayer a jugar unos hoyitos con el único objetivo de no pensar en NADA que no fuera ponerme a la bola y atizarle. 6 hoyitos me dió tiempo a jugar... no pensaba ni contarme los golpes, pero así a lo tonto voy y me casco 1 doblata, 4 pares y un birdie. +1 del campo en esos 6 hoyos

Pero bueno, 6 hoyos no son nada... fue cosa de suerte... eso pensaba. Así que hoy me he vuelto a subir con el mismo objetivo. Ni he pasado por la cancha de prácticas (suelo tirar 1 o 2 cubos antes de jugar, ya sea torneo o pachanga) y directo al tee del 1, y esta vez sí, a jugar 9 hoyos a tope de concentración y a hacer resultado, pero intentando no pensar en la técnica en ningún momento.
El resultado: 40 golpes, os pongo la tarjeta (por supuesto no he jugado de negras, de hecho en Córdoba ni tenemos eso


Y tampoco es que haya hecho nada extraordinario, ni he cogido muchas calles, ni he pateado excepcionalmente bien, los approachs pues unos mejores y otros peores... creo que el único cambio respecto a otros días ha sido jugar con actitud positiva y no andar jodido porque un driver se me ha abierto demasiado o he fallado un approach. Y dar cada golpe pensando en lo que tienes por delante y no en lo que has dejado por detrás.
Es algo tan básico y que todos estamos hartos de leer y escuchar (soy de los que sin haber leído nunca a Rotella, creo que algo ya he leído) pero que creo que había dejado muy de lado en las últimas semanas. Que la técnica es muy importante, sí, pero al golf se juega con la cabeza.
Perdonad el tochazo pero necesitaba compartirlo con vosotros y dejar constancia escrita para releermelo si alguna vez se me vuelve a olvidar.
Por cierto que por casualidades de la vida hoy hacía justo 1 año de mis primeros 18 hoyos y también me caían 35 primaveras, que pedazo regalo me llevo con esta vuelta
