FdeL escribió:El verano, amén de incursiones por mis campos huelvanos y una escapadita malagueña a Los Arqueros ha estado más orientado a seguir conociendo Portugal y disfrutar de sus maravillosos campos, el exquisito cuidado que ponen en el mantenimiento de los mismos y sobre todo la calidad en todo aquello relacionado con la atención al cliente.
Poco antes de que empezara ‘la caló’ había conocido Álamos y Morgado, dos campos fantástico. El primero tiene un arranque espectacular aunque posteriormente tiene demasiados hoyos que pueden parecer monótonos. Tiene una parte intermedia que vuelve a animarse para volver a decaer en los hoyos finales. Morgados sin embargo se hace merecedor de que se le considere campazo a pesar de sus más de cien bunkers. Largo y complicado pero de los que te deja un gratísimo recuerdo.
Ya en verano he merodeado por Quinta da Ría, Quinta do Vale, pero una de las grandes sorpresas fue el poder conocer San Lorenzo. Pedazo de campo: impresionante. No me extraña que en algún momento estuviese considerado el segundo mejor campo de Europa tras Valderrama. Sitio y diseño inmejorables; el mantenimiento bien pero no estaba a la altura de lo que se espera de un sitio con esta fama.
Si antes he nombrado a La Bella (Quinta da Ría), también he conocido este verano a La Bestia (Quinta de Cima), otro campo espectacular y grandioso en el que se hace necesario que saques lo mejor de tu juego para tratar de hacer un resultado decente. No entiendo cómo teniendo este campo tan cerca he tardado varios años en acercarme a jugarlo.
Aprovechando que Zocato andaba por aquí cerca y quería conocer algún buen campo nos fuimos al que ya está considerado uno de los diez mejores campos de Europa Continental: Monte Rei. Esto es otro cantar. No me voy a extender porque las cosas que podría contar parecen ciencia-ficción para quienes jugamos en campos normales. En el friki-facebook del señor Arias hay una galería fotográfica espectacular. En mi caso decir que para mí fue el mejor día de golf del verano, por encima de victorias en torneo, de bajadas de handicap, de récords de golpes y superando incluso el conocer un campo al que le tenía ganas, la sede del European Tour en Portugal: Oceanico Victoria.
Una de las joyas ocultas del Algarve, gemas que los llaman, está en Vilamoura rodeado de algunos de los más famosos campos lusos: Vila Sol. Pedazo de campo donde los haya, genial, bonito (magistrales sus pares tres), y comodísimo de jugar. (En unos días vuelvo por allí a jugar el Algarve Master Series).
Precisamente la obra de arte de Arnold Palmer en Vilamoura, donde Quirós ganó hace un par de años el Portugal Master, fue la siguiente parada. Victoria es un campazo, además es espectacular, encima está perfectamente cuidado y por eso si fuera poco me empezó tratando de lujo con lo que me hizo disfrutar (mientras duró) de lo lindo.
Enganchando con Victoria aproveché el Open Day en Amendoeira y jugué también el campo O’Connors Jr, hermano menor del recorrido que Faldo diseñó unos metros más arriba pero una delicia para jugarlo.
El último coletazo del verano portugués ha sido en Gramacho. Sesión de quejas: no tenían stroke-saber, la cancha de prácticas había que ir a otro campo (me costó tres rayas en los tres primeros y perder cuatro bolas), no tenían posiciones de bandera (mal empezábamos el día y todavía no había visto la hierba)... Luego noté la falta de la guía de campo, muchos hoyos ciegos, muchos fuera de límite. Vamos que no lo incluyo entre mis favoritos a pesar de ser un campo interesante. Tiene 27 greenes, lo que facilita entre otras cosas que pese a que muchos de ellos estaban pinchados jugabas en el otro que tiene el hoyo, y en otros casos son tan grandes que únicamente pinchan medio y juegas perfectamente en la otra mitad. Paisajísticamente también tiene hoyos preciosos, con ruinas por el campo perfectamente integradas en el recorrido y hoyos en los que para jugar medio bien hace falta mucha cabeza. Resumiendo: algo ratonero en varios hoyos y muy ratonero en casi todos los demás. Buen campo para ir a hacer fotos.
Y esto es lo que ha dado de sí mi experiencia reciente en El Algarve, donde a pesar de todo aún me quedan muchos campos por conocer.
***** que envidia. Si con todas las palabras.
