Debo decir en mi defensa que NO ES LO QUE PARECE!... NO ES LO QUE PARECE!
Las cintas de colores que decoran las asas de la copa estaban sucias, así que me llevé la copa al baño para ver si salía la mancha con un poco de jabón.

Limpiando las cintas vi que en la peana de madera todavía estaba el precio del trofeo así que aproveché para rascar la etiqueta. Como tengo la mala costumbre de morderme las uñas... no tenía uñas suficientes para rascar, así que se me ocurrió hacerlo con la hebilla del cinturón.

Mala idea! porque como el pantalón eran
de prestao para ir todo el equipo uniformado, pues me venía un poco grande....
Mientras rascaba la etiqueta con el precio me apoyé la copa contra el estómago, de ese modo evitaba que me cayera el pantalón, que sin la sujeción del cinturón me daba la sensación de que se resbalaba hacia abajo.
Cuado oí voces fuera del baño

me giré a cerrar la puerta con pestillo, separándome ligeramente de la copa, con lo que ésta dejó de presionar el pantalón contra mi estómago y cayó hasta los tobillos.
En ese instante entró Nakio, y..... que os voy a contar que no suene a excusa barata....

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