En cuanto al partido en sí, me tocó en suerte compartirlo con Edu-Miyagi, Alejo y Juanito, mi rival y sin embargo amigo. Ya he visto que Edu y Alejo han glosado sus hazañas y lo cierto es que su partido fue espectacular, con muchísimos momentos de gran juego y emoción hasta el último putt. Al final se impuso Alejo de manera merecida y con una remontada espectacular en los últimos hoyos, pero Edu demostró que anda sobradísimo de clase y que va a ser una gran baza bucanera para los próximos enfrentamientos.
En cuanto a mi partido, y pese a lo acertado del dicho "excusatio non petita, acusatio manifiesta", creo que conviene indicar que mis expectativas para el mismo eran nulas... o mejor, quería alargar todo lo que pudiera el partido para que llegar al menos al 11. Es decir, que me sentía más o menos como Stephen Ames el año pasado cuando Tiger Woods decidió que iba a sacar la picadora de carne a pasear y le fulminó con un 10/8 en el Accenture Match-Play. Y tan funestos presagios creo que estaban bastante justificados, porque, por motivos varios, en los últimos 5 mesecitos había jugado 2 veces al golf: 18 hoyos en enero con Pointer y otros cuantos foreros y 9 hoyos el viernes pasado, en el Olivar, por aquello de intentar recordar cómo se cogía un palo.

Ergo, tenía claro que el partido estaba decidido antes de empezar, sobre todo porque, además de mis cuitas, tenía entendido que Juanito estaba bastante fino... Pero estaba claro que no me iba a perder el TGG por nada del mundo, así que allí me planté con toda la moral del universo, con ganas de ver a los foreros conocidos y con más ganas aún de poner cara a los desconocidos. Pero dejemos el ataque de glucosa para el hilo general y pasemos al relato de los hechos.
HOYO 1 Par 5 de 500 m.
En la salida me preguntaba con bastante convencimiento si iba a tener el dudoso honor de dar el primer capón del torneo.

Juan está de 3 a la entrada del mismo, supongo que aguantándose la risa o pensando que les voy a dar la mañana, no lo sé con seguridad.


Me he extendido en la descripción de este primer hoyo para que veáis el nivel de mi inutilidad, pero prometo ser más breve a partir de ahora para que no sufráis.

HOYO 2 Par 4 de 386 m.
Visto el fastuoso platano del hoyo 1 y el obstáculo de agua de la derecha decido coger la madera 3 para asegurar la calle. Juanito sale con su madera 3 y se va un pelín por la izquierda a un sitio algo pelado. Falla el segundo golpe, pero de tercero está muy cerca de green. Yo casi consigo mi objetivo, pero me quedo un pelín corto... ya que el topazo que le pego solo avanza unos 50 m y no llega a la calle.

HOYO 3 Par 3 de 190 m.
Juan tiene el honor y pega un hierro largo muy apañado que tiene pinta de estar en green o en antegreen en el peor de los casos. Yo, visto que ya la había pifiado con el driver y con la madera 3, decido darle la oportunidad a un nuevo palo: el híbrido de 21º. El resultado, el esperado: topazo que apenas avanza 80 metritos.

HOYO 4 Par 4 de 370 m.
Juan saca el driver y se va un pelín por la izquierda, aunque parece que no tendrá problemas. Yo consigo meter un drive decente y razonablemente largo y la dejo en mitad de calle. Parece que mis oraciones han sido escuchadas. De segundo, Juan se queda un pelín corto por la izquierda. Yo pego un hierro nueve apañado y la meto en green, milagrito del niño Jesús. Juan hace un buen approach y la deja larga por encima de bandera. Yo tengo un primer putt largo y movido que tiro cobarde pese a ser cuesta arriba. Los hados obsequian mi cobardía con tres putts, y Juan hace dos para empatar el hoyo con bogey. Sigo 2 abajo aunque las sensaciones son encontradas: por fin engancho dos golpes decentes, pero no consigo rematar el hoyo por mis tres putts.
HOYO 5 Par 5 de 476 m.
Tras las salidas, los dos nos hemos ido por la derecha un pelín, con suerte desigual. Yo me quedo al lado de un arbolito con un golpe imposible, mientras que Juan lo tiene algo mejor aunque decide, con buen criterio, sacarla a calle y no arriesgar. A mí no me queda otra que jugar a zurdas o declararla injugable: como el área de posible dropaje está repleta de piedras decido jugar a zurdas con el putter y consigo sacarla a un sitio medio decente. Sin embargo, de tercero le doy un topazo, con lo que ya estoy otra vez jodido... Juan pasa el agua con su tercer golpe y queda a unos cincuenta metros de green. Yo consigo pegarle medio bien de cuarto, y con el quinto cojo green, aunque me llevo la bola a la izquierda, en el lado malo del piano (la bandera está arriba a la derecha). Juan decide apiadarse de mis desgracias, se va largo y por la izquierda y luego se lía. Yo consigo salvar el doble bogey tras dejarla dada con el primer putt y eso me vale para ganar el hoyo. 1 abajo, por misterioso que parezca.
HOYO 6 Par 4 de 280 m.
Pese a mi momentáneo idilio con el driver (las dos últimas salidas habían sido decentes), en este hoyo no tiene sentido pegar nada mayor que una maderita y vistos los éxitos anteriores con la madera 3 y el híbrido cojo el hierro 4... pero nada, otro palo que me abandona como el Rexona. Mi topazo avanza 50 metros escasos y se queda a 160 de green con una línea espantosa cubierta de árboles. Mientras tanto, Juan le pega de vicio a su madera y se queda a tiro de blaster. Curiosamente, me da un ataque de cordura y decido jugar corto. Juego un sand y me quedo a unos 75 metros. Juan, de segundo, la mete en green. Yo, de tercero, me voy por la derecha de green con lo que me cargo mis escasas opciones. Juan mete dos putts y me gana el hoyo con otro gran par. 2 abajo y vuelve la normalidad.
HOYO 7 Par 4 de 330 m.
Juan se va de salida al obstáculo de agua de la derecha, mientras que yo consigo hacer una salida decente con el driver y cojo calle. Con su tercer golpe se queda por la izquierda del green, mientras que yo de segundo me quedo en el collarín por la derecha, tras un hierro 8 decente pero que se quedó peligrosamente cerca del obstáculo de agua. Consigo hacer approach y putt y gano el hoyo con par, pese a que Juan aprieta y salva un gran 5 con penalizacion y todo. 1 abajo... Sigo sin creerme nada, pero parece que voy a jugar algún hoyo más de los que creía.

HOYO 8 Par 4 de 362 m.
Si después de birdie suele venir "mierdi", en mi caso después de par... rabazo, rabazo, rabazo, rabazo.... Sí, señores. Cuatro rabazos consecutivos, cuatro, de la ganadería del señor Oldgarcia, uno con el driver y tres con el hierro 4. Mientras tanto, Juan mete la salida en calle y de dos se queda algo corto de green por la derecha, creo recordar, pero sin complicarse. Con más moral que el Alcoyano, cojo el hierro 9 (sí, pese a dar mi quinto golpe aún estoy a 110 metros de green) y doy un golpe decente que parece entrar en green. Mientras tanto, Juan la mete en green pero queda algo largo y con un primer putt peliagudo. No obstante, él va para 4 y yo para 6... y entonces sucede lo impensable. Yo meto un puro cuesta abajo y peliagudo desde el borde de green, con lo que salvo un 6 raro de narices, y Juan hace tres putts desde su complicada posición, con lo que empatamos el hoyo. 1 abajo y sigo buscando la cámara oculta.
HOYO 9 Par 3 de 144 m.
Esta vez mi salida es un vertiginoso filazo con el hierro 6 que termina alojándose en el búnker de entrada, a unos 17 m del hoyo, mientras que Juan tiene un sustillo porque supera el agua pero la bola pega en la cuesta arriba y retrocede hasta enredarse en el collarín de rough que protege el agua. Desde el búnker, y aunque llevaba algo así como tres meses sin pisar la arena, hago una salida cuasimilagrosa (los que me conocen saben que soy muy paquete en el búnker) y la dejo dada. Juan me dedica una mirada fulminante, como diciendo "tronco, ya te vale con la potra" y responde desde una posición comprometidísima con la bola totalmente al pie derecho y haciendo equilibrios para no caer en el agua, con un approach magnífico que también deja dado. Nos concedemos los putts de un palmo que nos quedaban y nos fundimos en un abrazo. 1 abajo y nos vamos para el 10.
HOYO 10 Par 4 de 394 m.
El hoyo del "guantazo". Allí en lontananza se atisbaba la marca del "drive más largo" y soplaba un viento en contra de mil demonios, así que nos dispusimos a darle un rijostio a la bola. Yo pego un drive muy apañado que queda en calle y a la altura del final de búnker (pero a 20 metros del drive de Trull, ojo

HOYO 11 Par 5 de 435 m.
Tras mi mejor salida con el driver, ¿adivináis qué viene ahora? En efecto, topazo inmisericorde. Juan sale perfecto a mitad de calle, y yo, de segundo, juego una madera 3 que casi saco fuera de límites por la izquierda. De segundo, Juan no le pega bien y se queda en el obstáculo de agua, pero cruzado y posiblemente en una posición jugable. Yo de tercero juego un hierro y me quedo algo corto. Juan consigue salvar la situación y jugar el tercero con un blaster desde el obstáculo y se queda delante del búnker de green. Desde ahí, yo la meto en green (aunque por la izquierda y lejos de bandera) pero Juan la mete en búnker. La saca bien pero se deja un putt muy largo. Los dos hacemos dos putts y me llevo el hoyo con bogey. 1 abajo... He sobrevivido al primer hoyo del infierno.
HOYO 12 Par 4 de 364 m.
Después del éxito obtenido en mis salidas anteriores, vuelvo a coger la madera 3 por si me viene la inspiración divina y consigo pegarle en condiciones. Por supuesto, no es así y vuelvo a dar un rabazo feo, feo y corto, corto, con lo que prácticamente tengo todo el hoyo por jugar. Mientras tanto, Juan sale bien, por la derecha y algo corto. De segundo pego un buen hierro 4 que me deja en calle a unos 145 m de bandera. Juan falla el segundo golpe pero no se mete en complicaciones. De tercero pego un buen hierro 7 (había viento a favor) que bota al lado del búnker de entrada y acaba entrando muerta en él. Juan, de tercero, no consigue coger green pero no anda lejos. Mi bola se ha quedado muy cerca del borde del búnker y tengo que clavar el palo para sacarla, algo que consigo sin saber bien cómo. Al final, dos putts para cada uno, tras el approach de Juan, y empate con doble bogey. 1 abajo y he sobrevivido al segundo hoyo del infierno.
HOYO 13 Par 3 de 175 m.
Decido darle una nueva oportunidad a mi híbrido y le pego razonablemente bien pero por la derecha, para horror de los ocupantes del tee siguiente. Desde nuestra posición se veía claramente que la bola iba 15 m por la derecha y cerrando (alejándose de ellos), pero entiendo su susto y que se acordaran de mis progenitores al oír el “toc” sordo y seco en las inmediaciones. Juan pega un buen hierro que evita el peligroso obstáculo de agua y se deja franca la entrada al green. Mi bola termina en una calva a la derecha del búnker que protege la margen izquierda del green y me dispongo a pegar el approach mientras lleno mi cabeza de pensamientos positivos (“*****, ***** mala suerte, mira que caer en una calva, y encima tengo que levantar la bola para superar el búnker, ya verás que filazo le pego…”). Por supuesto, le pego el esperado filazo y la bola ruedapor el búnker, remonta el borde, cruza el green y acaba alojandose en el collarín izquierdo. Desde allí consigohacer approach y putt (los dos golpes con el putt) mientras que Juan, después de un buen approach, no metió el putt para par. Hoyo empatado con bogey. Sigo 1 abajo.
HOYO 14 Par 4 de 386 m.
Animado por los hoyos anteriores, vuelvo a coger el driver y le pego bien, aunque al final da un bote raro hacia la derecha que me deja intranquilo. Juan “Tiralíneas” sigue con su curso de delineación y vuelve a clavar otra salida en calle con el driver. De segundo Juan se queda por la derecha del green tras un buen golpe. Yo tengo una posición delicada: la salida ha sido larga, demasiado, y se ha ido por la derecha, con lo que no tengo margen para subir la bola por encima de los árboles con el palo que necesitaría para llegar a green. Decido asegurar y jugármela en green: cojo el pitching wedge y pego un filazo, con lo que la bola sale disparada a jugar al pinball con los árboles que tenía delante. Tras la penalización y con Juan en buena posición no me queda más que acabar el hoyo, porque lo tengo perdido. Se lo apunta Juan con un buen bogey.
HOYO 15 Par 5 de 456 m.
Juan sale bien, por la derecha y larguito con un gran maderazo… Se nota que tiene bien amaestrada a la Solitaria que lleva. Yo consigo meter también la salida en calle y me quedo a su altura, aunque más por la izquierda. De segundo los dos jugamos un hierro 4, a colocar: yo consigo dejarla en calle por la izquierda, pero el de Juan se abre un pelín y acaba en el obstáculo a los 100 m de green. Tras dropar, da un buen golpe y entra en green, mientras que yo no consigo evitar el filazo de rigor con el sand wedge y dejo la bola en la ladera que hay bordeando el green, en una posición bastante complicada: cuesta abajo, a cuatro o cinco metros del comienzo de green y a unos 20 m de bandera. Vista la posición (zona bastante pelada, pies muy por debajo de la bola), decido jugármela con el putter (pese al bienintencionado cachondeo de mis compañeros de partido) y me sale otro de los golpes tontos del día… Tras un largo recorrido con suspense la bola se queda dada. Juan sonríe y vuelve a dedicarme otra de esas miradas fulminantes, y pese a que consigue salvar un gran 6 con penalización incluida pierde el hoyo. 1 abajo y llegamos al premio al mejor approach.
HOYO 16 Par 3 de 134 m.
Tras ganar el hoyo anterior me toca salir. Cojo palo de sobra para ir tranquilito y mi hierro 7 no va mal, aunque me da la sensación de que la he tocado un pelín con la punta. La bola sale por la derecha, toca green pero rueda hacia la derecha por el collarín y acaba en el agua. A continuación, Juan exhibe una gran templanza y mete la bola en green con un buen hierro. Desde mi posición, y tras el golpe de penalización, solo consigo hacer 5, mientras que Juan hace dos putts para un gran par. 2 abajo y 2 por jugar. Juan se pone merecidamente “dormie”.
HOYO 17 Par 4 de 381 m.
Juan sale perfecto por la derecha de la calle, cerca del búnker, y yo me escapo más por la derecha a la calle vecina. De segundo, Juan se va por la izquierda del green pero en una posición poco comprometida. Yo estoy a unos 160 m del elevado green e intento hacerme uno con el universo, sintonizar con mi yo pacífico y hacer acopio de tranquilidad para afrontar debidamente el golpe que podría ser definitivo. Me pongo a la bola con el hierro 4 en las manos, empiezo a entonar el mantra “Señor, dame fuerzas para darle flojo”, pero según estoy bajando el palo escucho una voz interior, como decía mi amigo Kelio, que me dice: “¡ARREJOSTIALA GAÑAAAAAAAAAAAN!” y… el resultado , el esperado: hostión al suelo y bola al rough, a 110 m de green pero todavía por la calle ajena. Para el tercero, cojo el hierro 9 con pocas esperanzas, pego un buen golpe pese al rough y la bola vuela, vuela… “por Dios, vuela, pasa el búnker, pasa el búnker”… ¡y acaba en green! (o eso parece). Mientras voy hacia el green, Juan juega el tercer golpe y se queda algo corto y ¡yo me encuentro mi bola a dos metros y medio del agujero!
Peeeeero… Juan da un gran primer putt y se deja la bola a tres escasos palmos del agujero; a mí me queda un putt peliagudo y cuesta abajo, con una pizca de caída de derecha a izquierda… caída que calibro mal. Al final, no emboco el putt y Juan consigue meter el suyo para empatar el hoyo con 5 e imponerse 2-1 al final del partido.
Y la victoria es justa e inapelable, faltaría más, pese a mi pertinaz empeño por agarrarme al campo cual garrapata. Cualquier otra cosa habría sido una rareza, y más cuando Juan acabó su vuelta con 93 magníficos golpes y yo me fui por encima de los 100 (cosas del match-play).
Pese a todo, me lo pasé como un auténtico enano y disfruté hasta el último momento. El rival, inmejorable; grandísimo jugador y grandísimo compañero (solo tiene una pega: que sea corsario). Además, Edu y Alejo fueron unos compañeros de partida magníficos y nos deleitaron con un gran juego y un duelo en todo lo alto hasta el final.
Entre ellos y todos los demás presentes en el torneo habéis conseguido que me vuelva a picar el bicho del golf, así que espero empezar a prodigarme otra vez por los campitos y a hacer lo posible para que llegue a jugar el próximo TGG a Lerma sin tener que llorar porque llevo no sé cuánto tiempo sin jugar.
