
Para los que no lo conozcáis, es un hoyo de unos 70 metros protegido por un búnker frontal y se sale en alto. La bandera estaba cortita, muy cerca del búnker.
No sabía si tirar tres cuartos de sand wedge o el 60º enterito, y al final he optado por esta opción. La he tocado bien aunque iba un poco justa de distancia, la bola ha tenido a bien librar el búnker por un metro escaso y ha botado en el último palmo del collarín, cuesta abajo. A partir de ahí, la bola, agradecida por haberse librado de la arena (ya había tenido ocasión anteriormente de comprobar en sus carnes... o más bien en sus alveolos... mi ya legendaria calidad en los búnkeres) ha decidido encaminarse al hoyo dibujando una bonita caída de derecha a izquierda. Como el tee está en alto, lo he visto todo en tecnicolor y desde una perspectiva privilegiada.
Por cierto, y ya que estamos, quiero mandar un abrazo a Víctor Fernández, el pro que me ha tenido que aguantar en el torneo de presentación del Circuito de Madrid de Profesionales, y a Carmen García, mi compañera de curro en Crónica Golf que ha ganado el torneo junto a Pepe Dávila haciendo -5 en 9 hoyos (nosotros nos hemos quedado con -3). Tanto Víctor como Pepe son unos tíos estupendos y nos han tratado de maravilla durante el torneo.