Todos los días que dediqué a dar bolas intentaba corregir estos defectos y cada vez creo que he ido a mejor. El punto que más destaco es la autoconfianza en mi "nuevo" swing: back más recortado, he bajado el tempo y he conseguido que trabaje la cadera por primera vez desde que juego a ésto (¡qué difícil me resulta!).
Pues todas estas cosas y una actitud renovada en el campo me ha llevado a estar disfrutando como nunca con el golf. Sabía que este año iba a conseguir mi objetivo primigenio: llegar a jugar como single digit algún día y pensar que, por fin, soy un jugador de golf.
Lamentablemente aún no he llegado. Hoy he jugado un torneo de la Federación y lo he gozado realmente. Casi ni me creía como jugué mi primera vuelta, sin un fallo con los hierros, tocando la bola en la yema, realmente una gozada. Lástima que no me acompañó la suerte con el putt porque, aunque pateé bien, no entraron varias opciones de birdie. Acabé la vuelta +4 del campo (par 38 la 1ª). Teóricamente, la 2ª es más fácil pero tuve un bajón en dos hoyos y 2 golpes pesados me llevaron a un boguey y un DB que lastraron un tanto. Me recuperé y a falta de 3 hoyos iba -4 de mi handicap. Dos B consecutivos en hoyos sin golpe me hicieron daño pero me recuperé en el último, consiguiendo, finalmente, terminar en -3 para volver a colocarme en handicap 10,0.
¡¡10,0!! y por segunda vez que llego a esa cifra ¿será posible? Intenté invitar a la chica de la oficina a una Coca cola ligth para que me apañara el temita y me pusiese 9,9; pero como que no pudo ser.
No pasa nada, confío en que este año, sí bajaré la decimita famosa y, finalmente, llegue a mi objetivo.
Vaya rollete....
