"Hola a todos, galácticos y lectores:
Lo primero es presentarme. Mi nombre es David Herrero, y soy profesional de golf.
La mía es una carrera atípica, porque comencé a jugar al golf, y de forma ocasional, cuando tenía 20 años. Por aquel entonces, estudiaba en la escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid, y algunos fines de semana viajaba a un pequeño pueblo de Castilla llamado Vallelado. La peculiaridad de este pueblo es que está muy cerca del campo Villa de Cuéllar.
A medida que avancé en la carrera, me fui involucrando más con el golf, trabajando al principio con Rivero Golf, en el diseño y dirección de obra de campos. Me picó por completo el veneno del golf, y llegó un momento en el que mi nivel me permitía presentarme a los cursos de monitor. Lo hice porque entonces pensé que me vendría bien para complementar mi curriculum en el sector de diseño y construcción de campos de golf.
Fueron pasando años, y algo antes de que comenzara la crisis en la que estamos ahora, empezábamos a no recibir nuevas propuestas. Uno de los últimos proyectos que redactamos fue el del campo de prácticas de La Cartuja, en Sevilla. Una vez redactado, la empresa adjudicataria me ofreció llevar la dirección de las obras, y acepté. Y una vez terminado, la empresa que gestionaba esa instalación me ofreció quedarme para dar clases de golf!, oferta que no pude rechazar.
En toda mi vida como golfista siempre he visto que había jugadores mucho mejores que yo, y siempre pensé que nunca podría ponerme a su nivel, y menos ganarles. Primero me pasó con jugadores de handicap de una cifra, luego con compañeros de trabajo, y últimamente con algún jugador profesional. Sinceramente, creo que puedo decir que todavía no sé dónde está mi límite.
El pasado mes de octubre decidí que era momento de encontrarlo, así que, por primera vez, decidí planificar y sistematizar mis entrenamientos, para ver hasta dónde puedo llegar. Ya veremos los resultados en un par de años.
Desde esta tribuna abierta os intentaré mantener informados del proceso. Procuraré detallar mis entrenamientos, lecturas, reflexiones y sensaciones en las competiciones que participe. Soy consciente de que me embarco en una tarea difícil, que muchos tildarán de sueño de locos. Pero sé que si doy lo mejor de mi en el proceso, al final habrá valido la pena el esfuerzo.
La semana que viene os cuento más