Cinco de meses para poner en marcha el swing, cinco meses de clases y sesiones de bolas ante una red y a cielo abierto, viendo con envidia los grupos de jugadores que se adentraban en el campo. Olor a hierba allá a lo lejos, pero tan cerca......
Por fín la decisión. Hay que obtener el hándicap. Consulto a mi profe. Como en la vieja serie de los setenta, abre las manos y esta vez le quito la piedra. "Ya estás preparado pequeño saltamontes. Ve y triunfa".
Cuatro jornadas simulando la prueba. La última muy, pero que muy bien. Tengo confianza.
Llega el gran día, hoy para ser exacto. Cuarenta minutos antes a calentar haciendo unas bolas pero......¿qué ocurre? ¿qué me pasa? ¡No soy el de ayer!. No me reconozco. Lo que ayer eran movimientos armónicos (bueno, más o menos, jeje.) hoy son torpes desplazamientos, topazos, slices......
Llega el momento y pienso, "pero ¿por qué c.. te presionas así?. Nos recibe el examinador (un tío muy majo por cierto, de El Olivar de la Hinojosa, creo que se llamaba Raúl o Roberto) y nos tranquiliza, nos explica en que consistirá el examen y allá vamos...... Un hierro 7 y luego el pitch. Esto va mejor, sólo un golpe realmente malo, el resto aceptables en distancia y desviación. El pitch bien, es lo que mejor hago. Tras la toma de datos se me acerca y dice "Muy bien, firma aquí por favor". Por fín soy APTO. Licencia y hándicap, todo a la vez. y ahora..... A JUGAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR.
(Perdón por el ladrillo.)