
Mañana me enfrentaré en singular batalla con mi pro, 18 hoyos en campo grande, como fin de mi primera etapa de tecnificación. Celebramos así mi graduación que sin duda alguna será seguida de carrera y master. Después de dicha ceremonia estaré ya preparado para salir del cascarón y volar solo por esos campos de Dios y librar cien mil batallas en los verdes pastos.
He engrasado los palos, planchado las polainas, lustrado los escarpines... ¡Oh, Fortuna, qué me depararás mañana!
¡Adios, compañeros! ¡Deseadme suerte! ¿Qué digo suerte? ¡Que se haga justicia!
p.d.: Y si os portáis bien, igual mañana os lo cuento. Pero tenéis que ser muy buenos.