Pues nada, aprovechando que ésta mañana mi pollo pequeño no tenía cole, y dado que lleva pidiéndome que lo lleve a jugar a golf cansinamente varias semanas, hemos cogido y hemos ido a ver qué tal se le daba. Y éstos han sido sus primeros bolazos... el muy asesino ha estado dos horas tirando bolas, una detrás de otra.
Claro que, preocupado por la tecnificación del pollo, necesitaría un análisis concienzudo de su incipiente suin. Si he de ser su manager debo preocuparme desde éste mismo momento.