por Barri » Mar Nov 17, 2009 7:52 pm
En capítulos anteriores: Barri, apolíneo jóven, se dispone a jugar un mini partidillo con su pro en el que espera usar sus poderes.
En el primer hoyo, mi pro sale de blancas... como toca. Después de pensarme si salir yo también de blancas decido hacerlo desde amarillas para no humillarlo a las primeras de cambio. Le quito el calcetín a mi m3, coloco el tee y la bola y.... por el rabillo del ojo veo algo que me distrae: como no podía ser de otra forma, detrás de un arbolillo estaban las dos mozas; Pero ésta vez, en vez de dirigirme muecas y sonrisas picaronas, se dedicaban a dar saltitos y grititos de emoción, mientras batían palmas con alegría. Lejos de molestarme, saber que tengo un público tan fiel me da alas y me dispongo a dar el golpe, no sin antes sonreír a las mozas y dejar que el sol tocase mi incisivo derecho para así dedicarles un destello diamantino.
Me coloco en el tee, relajación, subo el palo y salgo con un golpe magistral.... si no fuera porque se ha ido a la calle del hoyo contiguo. Mi pro que me mira con cara rara y me dice... 'nada, esto le pasaba al más pintao'. Lejos de entenderlo, he pensado en que mi pro dió clases a Rafael Conde 'El titi'.
Así pues, me he ido a buscar mi bolita a la calle del hoyo que discurre paralelo al que se supone que yo estaba jugando. La he encontrado fácilmente, he cogido un h6 y, con maestría sin par le he dado un golpe en bisel que ha logrado mover la bola, midiendo generosamente, unos cinco metros. Las mozas, que venían siguiendo la partida, parecían ajenas a éste juego infernal y continuaban con sus palmitas y sus saltitos, llenando de color un día que cada vez se tornaba más negro.
La bola, a éstas alturas, había caído en los 'pies de gato', que es una planta o ser vivo invertebrado muy jodido que se alimenta de bolas de golf y es de paladar insensible, ya que se come hasta las inesis. He estado tentado de sacarla con todos y cada uno de los palos, pero al final he decidido jugármela al 'pito pito gorgorito', y ha ganado el pw. Con más suerte que otra cosa, he conseguido moverla lo justo para que saliese de los pies de gato, ganando otros tres o cuatro metros. Después, en el mejor golpe de la jornada con un hierro, la he metido en calle sin arriesgar lo más mínimo... cosa que no sé porqué he hecho dado lo poco que tenía que perder ya. Con más pena que gloria he llegado a grin, dos puts y al siguiente.
En el siguiente hoyo debía redimirme por completo. Otra vez, saco la madera 3 y le zumbo. Lejos ha ido... muy lejos... tanto que no he podido más que decir: 'bola provisional'. Y colocando otra en el tee, le he vuelto a dar. Misteriosamente, ha caido en el medio de la calle para el deleite de las mozas. Ni que decir tiene que la primera bola no he ido ni a buscarla, y he vuelto a sacar el h6.
Me coloco, respiro, levanto el palo... y perfecto golpe... al aire. 'Me apunte una, oiga' - le digo a mi pro-. El pobre estaba que no se lo creía.
Me vuelvo a colocar, levanto el palo.... golpe perfecto... al bunker. Las mozas empezaban a mirarme raramente, las palmitas y saltitos ya no eran tan ufanos, y empezaban a mirarme con tristeza. 'En el bunker volverán los grititos de admiración' -he pensado-.
Bunker: Me coloco, voy a darle y me dice mi pro: 'Barri, querido.. ¿por casualidad has apoyado el palo en la arena?' 'Si' - le digo-. 'Pues apúntate otra, majete'. Yo he pensado en Junuh y me he sentido más golfista si cabe, y he pensado que la intención de mi pro era forjar mi caracter y llevarme por el recto camino del 'proper golf'. Pero, ¡oh fortuna!, mi siguiente golpe no ha servido para más que para que la bola chocase con el borde del bunker y retornase a un lugar increíblemente cercano a su punto de partida.
Al siguiente si ha salido la bola... de ahí a grin, dos puts y al siguiente abujero.
Increíblemente, las mozas han vuelto a aparecer con renovadas energías en el tee del siguiente hoyo. La salida y la terminación del mismo no las cuento porque han sido buenas, y eso no hace de reír. Lo que ha hecho de reír ha sido que, despues de meterla en el centro de la calle he vuelto a sacar el h6. Los dos primeros golpes que he hecho con él no son dignos de mención, ya que por mi propia salud mental he decidido obviar aquellos que avancen menos de 15 metros, excepción hecha de los puts.
Pero el siguiente.... después de prepararme como nunca nadie preparó un golpe, incluso pensando en hacer 3/4 de suin, en mover la cadera y, porqué no decirlo, en jugar sin bola... he dado un palazo inmenso, tremendo, tremebundo, gigantesco.... consiguiendo clavar el palo en el césped de modo que al soltarlo se ha quedado en posición vertical cual mástil de bandera.
Aquí me he derrumbado psíquicamente, me he alejado al raf y me he puesto de rodillas. He procedido a hiperventilarme, mientras mi pro me contaba una simpática anédota de un jugador de renombre que en dicho hoyo había hecho 13 golpes, perdiendo un torneo. Pero yo no levantaba cabeza... tal es así que las mozas, viéndome en tan lamentable estado, han venido hasta donde reposaba. Sus caras eran un poema, pero más que nada mostraban tristeza y piedad... creo que su admiración por mi es tal que nunca podrán dejar de amarme. En eso, una de ellas, se ha arrodillado ante mi y me ha dicho:
- '¿Te animaría algo si te enseñara un pecho?'
No he acertado a decir palabra, he entrado en shock y he caído al suelo. Y mientras mi pro me abanicaba con la toalla mugrienta de limpiar mis palos, las mozas se han alejado cabizbajas y sollozantes, abrazadas la una a la otra y buscando un consuelo que no llegará hasta, por lo menos, que me lleguen los palos de Lynyrd y mande a la mierda el puto juego de palos mugrientos heredao.
p.d.: mi pro no se creía lo que ha visto hoy y me ha citado una hora después para 'reconstruirme' el suin. En cinco minutos estaba dando bolas bien dadas. Pero en el campo, no me ha dicho ni 'mu'. Puto crack, una lección de no olvidar.
'Yo también creo que en Humor Amarillo moría gente' (Anónimo)
'Nos hemos inventado paises guays como jangley , mengler an glevar' (Los viejunos)