Siendo las 18:15 horas del martes 17 de junio, me dispongo a jugar el hoyo 4 de La Cañada, un par 3 de 122 metros desde blancas, hoyo que a pesar de ser muy corto tiene un green en dos plataformas que lo hace complicado y tremendamente injusto (odio este hoyo). Pués eso, que con ligero viento de atrás, pego el PW suave; la bola vuela, bota dos veces en green y tras una corta rodada entra en el hoyo.
Después de casi 20 años jugando a esto de la pelotita, tras muchos birdies, varios eagles y un único albatros, por fin me he cascado mi primer hoyo en uno. Y además en el hoyo que más odio de mi campo.
Tenía que contarlo.