Andaba yo tan feliz porque pegué un driver de 200 metros al centro de la calle, un rabazo con madera 3 que se queda a 40 metros de green y tenía un aproach fácil desde el rough de la derecha.
En eso que oigo botar una bola, me giro y la veo que rueda por el centro de la calle y me pasa. Miro al tee y hay 4 personas y nadie en calle. Es decir, que un pavo ha pegado un driver de casi 350 metros.
Cuando luego me ha visto limpiando los palos, me ha pedido perdón
