Es que en sí mismas las estructuras técnicas no son inconvenientes; lo son cuando se sobreponen a una rutina sencilla. El putter no es un palo perverso, es el mejor palo para ese golpe y lo es porque con él no hay que hacer nada complicado.
El error está en las altisimas exigencias de exito que se le ponen a un golpe; embocar de uno o de una distancia de más de cuatro metros es algo estadisticamente más dificil de lo que se cree (Alvaro Beamonte lo recuerda en sus retrasmisiones ciclicamente)
Para cubrir estas expectativas no inventamos un remedio que debe ser costoso y meritoria, algo técnico: mirar más la caída, no cerrar el palo...