yastalpablo escribió:Yo tengo una experiencia bastante amarga con esto. Hace ya años me presente a un campeonato de España de 4 en Cabanillas, y en la ultima jornada salí segundo en el partido estelar. En un par tres con agua delante la,bola se quedo mitad agua mitad matojos. Así que yo con mi hp 18, creo, baje hasta el agua y me acomode para no caerme y poder golpear. Estaba incomodo e inestable y me quite para acomodarme de nuevo. El caso es que en el par 3 salí con un 5... Mas dos de penalidad. Había un arbitro por allí que me dijo que me ponía 2 golpes de penalidad porque me había fabricado un stance. Yo le explique que me caía, que estaba en el agua... Pero nada, fue imposible. Salí de ese para 3 con un 7, en el siguiente par 4 hice 10 golpes, totalmente desconcentrado.... Finalmente quede tercero, pero siempre pensare que ese arbitro se equivoco y me sanciono injustamente, aplicando con excesivo rigor la regla correspondiente. Como bien dices, la linea es estrecha entre la penalidad o no, y ademas habría que tener en cuenta la intencionalidad del jugador, opino.
Sin conocer las circunstancias del caso, me gustaría comentar sobre la posible incidencia de la "intencionalidad" del jugador a la hora de cometer una infracción de las reglas.
Hay varios tipos de infracciones de las reglas: unas se derivan del juego, como una bola jugada donde no podía hacerse (p.ej. fuera de límites), otras por un acto accidental del jugador, como mover una bola una vez apoyado el palo en el suelo, y otras por actos voluntarios del jugador, como pueden ser levantar una bola en juego sin marcarla o mejorar el reposo de la bola, colocación, etc.
Pero incluso esos "actos voluntarios" son o bien sin intencionalidad de transgredir la regla, o están basados en el puro desconocimiento de la misma.
En todos estos casos, y salvo alguna excepción puntual, las reglas no contemplan como exención o atenuante la falta de intencionalidad, sino que objetivan que a un determinado hecho, que constituye una infracción, le corresponde una penalidad. Como las reglas no pueden conocer la intencionalidad del jugador en cada supuesto, para poder ser justas y equitativas, en la mayor parte de los casos ignoran las circunstancias particulares y tratan las situaciones similares siempre en la misma forma. Por ejemplo, se penaliza tocar con el palo el suelo de un obstáculo. Si tuviéramos que discernir si dicho acto fue voluntario o no, resultaría una regla prácticamente de imposible aplicación. Lo que hacen las reglas es olvidarse de esas circunstancias, y penalizan de la misma forma al hecho de tocar el suelo, sin distinciones.
Saludos,