Queridos pollos y gallináceas con gineceo:
Filosofemos un poco. Un día, a la vista de un libraco de autoayuda a todas luces infumable (los hombres son de marte y las mujeres de venus) me dió por pensar en cual era la diferencia básica entre machos y hembras; Después de pensar largo rato fumando y bebiendo un copazo de 'Cardenal Mendoza' concluí que la principal característica diferenciadora es que mientras las niñas se convierten en mujeres y posteriormente en madres (por lo general), los hombres nacemos niños y ahí nos quedamos de por vida. A los niños nos gusta jugar, casi da igual a qué, pero siempre queremos jugar. Y necesitamos juegos para sentirnos felices... y aquí es donde entra 'el juego de los juegos', useasé, el juego del golf.
Hoy he disfrutado tanto y de la misma manera que cuando creía fervientemente en los Reyes Magos. Y no por haberlo hecho mejor o peor, sino porque he estado jugando. O sea, JUGANDO. Jugando con un pro, sí, pero antes que eso es mi amigo y alguien con quien disfruto compartiendo todas las horas que sean menester. Y ésta es mi filosofía: jugar, solo si no hay más remedio, pero mejor con amigos o con gente a la que un día pueda llamar 'amigos'. Disfrutar de una mañana en agradable compañía, en un entorno igualmente agradable y en paz con uno mismo para mi no tiene precio.
Y después de haber soltado ésta parrafada que sin duda podía haberme ahorrado, paso a relatar lo épico de la batalla en post aparte.
Id con Dios, hermanos.
p.d.: tardaré tiempo, que tengo que ir a comprar bolas.
