por Tito Fran » Dom May 11, 2008 10:54 am
Presumen los toreros de las cornadas y enseñan sus cicatrices como muestras de lo complicado de salir a la arena a enfrentarse a un morlaco. Se ensalza a los montañeros que presumen de haber superado los ochomiles pasando frío. Los futboleros visten camisetas homenaje a un compañero lesionado para darle unos segundos de cariño mientras está postrado en la cama...
No quisiera salir como Jesulín de Ubrique o Fran Rivera en “Salsa Rosa”, ni que enseñen mis heridas en el Telediario como las de Juanito Oiarzabal, ni que mis compañeros serigrafíen sus polos de golf (demasiado que algunos, disputado hoy un partido de competición, entre hoyo y hoyo me llaman para ver cómo sigo), pero al menos –como parte del desahogo- os cuento con buen humor mi mala experiencia.
Ahora estaría yo ahora por el hoyo cinco, o seis, de El Rompido Norte, disputando un match play parejas doble mejor bola correspondiente a la Liga Provincial de Huelva. Pero estoy en casa, y gracias, foreando para distraer la cabeza y olvidarme de lo que me duele.
Hoyo 17 de Isla Canela, ayer, poco más de la una de la tarde. Compañero de partida pateando cuando tras un gran ruido, las manos se me van a la cabeza y el cuerpo en dirección al suelo. Algunos segundos más tarde entiendo que me han dado un bolazo. Puede venir el tee del 18, pero los que venían jugado delante no eran unos grandes pegadores, así que –como oigo comentar algo después- ha sido desde el 14, que para llegar hasta allí a una altura de más de 1,70 (algo más de 200 m. de distancia) tiene que haber sido dulcemente impulsada por un pegador de los que suele trincar el premio del drive más largo.
Durante un rato, sólo recuerdo lo que luego me han contado, como que no había ningún médico cerca. (Siempre suelen estar, hoy mismo mi pareja sería un galeno). Eso sí las asistencias sanitarias llegaron en muy pocos minutos y me sacaron por la puerta de la enfermería. Esta vez, en vez de llegar en buguie a la cafetería me mandaron en ambulancia al centro de salud. Los puntos del hoyo que no jugué me los dieron de sutura. (Si me dan uno más, termino al par).
No sé si alguno habréis vivido este momento tan desagradable. Tanto al recibir el bolazo (que es jodido), como veros involucrados en el momento, porque me consta que mis compañeros de partida, y tengo entendido que también el que me dio el bolazo, también pasaron un mal rato. Ahora sigo en observación hasta que pasen las 48 horas (si dejo de postear, estad pendientes que mis compañeros organizarán algún memorial) y el martes espero volver a coger los palos, aunque no sé si me llevaré un casco.
Y la visita a El Rompido Norte, el único campo de mi provincia que no conozco, pues sigue pendiente.