Llegó el cambio… ¿reglas más sencillas?
La vida moderna, el mundo globalizado y tecnológico, no sólo han traído cambios laborales y económicos, sino también en nuestra forma de vida. El ocio y el deporte se han visto arrastrados por estos cambios, y por supuesto el golf no es una excepción. Desde hace años vivimos un acusado descenso de practicantes, cuestión ésta que es global, pues no sólo afecta a nuestro país, y que requiere un cambio de mentalidad para adaptar el golf a los nuevos tiempos. Por ello, han sido numerosas las iniciativas que los distintos organismos han estado evaluando para “modernizar” el golf, y obviamente las reglas no pueden ser ajenas a esa corriente.
Nadie pone en duda que las reglas de golf son complejas, como también lo es el juego. Aventurarse a leer el libro de reglas sin ser plenamente consciente de su dificultad, es un ejercicio poco recomendable, especialmente para los principiantes. El reto de la simplificación estaba sobre la mesa desde hace décadas, pero ha sido necesaria una crisis mundial para acelerar el proceso. Es necesario hacer el golf más amable y asequible, en todos los aspectos.
Es obvio que las reglas en sí mismas no son un obstáculo para el desarrollo del golf, pero tampoco debemos menospreciar su complejidad, como un factor que no ayuda en el difícil proceso que estamos atravesando. Pues bien, el Royal&Ancient y la USGA –los organismos que regulan el golf a nivel global- han decidido acometer un importante cambio. Se ha aprovechado la ocasión y, lejos de una simple revisión o simplificación de procedimientos, han apostado por un profundo cambio en las reglas: conceptual y, muy especialmente, de lenguaje.
El principal objetivo es que las reglas sean más fáciles de entender y aplicar, no sólo para los profesionales y jugadores de élite, sino también para jugadores de cualquier nivel, incluyendo a los principiantes y hándicaps altos, intimidados muchas veces por la dificultad de las normas que rigen nuestro deporte. Sin embargo, no hay que alarmarse, todas estas modificaciones se llevan a cabo preservando el espíritu y los principios esenciales del golf.
No es el momento ahora de repasar los cambios concretos, que tiempo habrá más adelante, pero sí de dar unas pequeñas pinceladas de lo que va a ocurrir:
Así, la primera novedad es que no se va a cumplir el ciclo regular de revisión de las reglas, que se produce cada cuatro años, y que no debía producirse hasta 2020. Es tal la envergadura de la modificación, que tras el período de consultas o sugerencias que se ha establecido para el presente año, las nuevas reglas tendrán su redacción definitiva en 2018, para su entrada en vigor efectiva el 1 de enero de 2019.
Las reglas se reducen notablemente –pasan de 34 a 24-, y se ha tratado de utilizar un lenguaje más comprensible, con procedimientos que sean más intuitivos y fáciles de aprender.
Asimismo, se tratan de favorecer de forma especial objetivos muy importantes para el juego y la sociedad actual, tales como el ritmo de juego y el medio ambiente.
Se editarán dos tipos de libros de reglas, el que podríamos llamar “Libro de Reglas Completo”, y otro más reducido, llamado ;edición de jugador; para uso de los jugadores, escrito desde la perspectiva del golfista. No será un extracto, sino un reglamento real, que cubrirá los puntos más comunes de las reglas, o aquellos de más frecuente aplicación en el juego, pero también nos indicará donde encontrar otras respuestas en el “Libro de Reglas Completo”, cuando ello sea necesario.
Para los que lo conozcan, señalar que el Libro de Decisiones desaparece, tal y como ahora lo conocemos (con el sistema de preguntas y respuestas que daban solución a casos concretos), y será reemplazado por un Manual;, principalmente dirigido a árbitros y comités, que ofrecerá una orientación para solucionar los problemas de interpretación y aplicación de las reglas que puedan surgir en determinados supuestos.
Mejorar el ritmo de juego es una prioridad en los nuevos cambios. Se establecen directrices específicas para fomentar que los jugadores jueguen más rápido, y, así, por ejemplo se autoriza expresamente jugar “fuera de turno” en el juego por golpes –siempre de un modo seguro y responsable-, como una forma de ahorrar tiempo, además de reducir el tiempo de búsqueda de la bola, o la simplificación de los procedimientos de dropaje y alivio.
Se otorga una especial relevancia a la conducta del jugador, facilitando a los comités la autoridad para establecer sus propios códigos de conducta, estableciendo sanciones en el juego por el incumplimiento de las normas de ese código. En la actualidad, hacer comentarios ofensivos, dañar el campo o las instalaciones, hablar por teléfono durante el juego o, en general, tener una conducta inapropiada solo puede tener como consecuencia la descalificación, si se considera grave infracción de etiqueta. Sin embargo, con las nuevas reglas también se podrán establecer sanciones de uno o dos golpes, o pérdida de hoyo, para este tipo de conductas.
Desaparece el concepto de obstáculo de agua tal y como ahora lo conocemos, que se sustituye por el de área penalizable, que podrá abarcar además de los obstáculos de agua propiamente dichos, cualquier otro área que el comité opte por definir como tal –algo que ya se venía haciendo, aunque no estaba contemplado en las reglas-, para obtener alivio de zonas del campo donde puede ser difícil encontrar o jugar una bola, contribuyendo además a mejorar el ritmo de juego.
Se eliminan numerosas penalidades, en ocasiones difícilmente comprendidas por el jugador medio, tales como las que se imponían por tocar o mover impedimentos sueltos en los obstáculos, por golpear la bandera jugando desde el green, cuando la bola golpea al propio jugador o al equipo, por tocar la línea de putt, etc., lo que sin duda supondrá una mejor comprensión de las reglas por los golfistas de todos los niveles.
Se abre, pues, un proceso apasionante de cambio que estamos convencidos será muy beneficioso para el futuro del golf. En los próximos meses todos los que tenemos relación con este maravilloso deporte viviremos en primera fila, y en primera persona, el proceso de transformación. Para ello debemos tener un espíritu abierto y positivo, porque sin duda el cambio nos dejará un juego más amable, más satisfactorio y asequible.
A pesar de todo, no olvidemos que habrá cosas que no cambien. Es el espíritu del golf: “juega la bola como reposa y el campo como lo encuentres. Y si no puedes hacerlo, haz lo que sea justo, pero para hacer lo que es justo, debes conocer las reglas”.
Aplica las reglas, y disfrutarás del golf.
@ Manuel Mancebo
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