Caren, te voy a hacer un regalo.... leyendo todas éstas crónicas, me ha venido a la memoria una serie de relatos titulados 'What if...' (Que hubiera pasado si...)
Esto lo escribí hace años en un foro de fútbol. Que hubiera pasado si en el 94, en Riazor, las cosas se hubiesen desarrollado de otro modo.... o no. O en tu match contra Lendry.... Se me ocurre que quizás podríais escribir vuestros propios relatos 'What if' con respecto a las partidas jugadas el finde pasado...
WHAT IF: 'Cuestión de probabilidades'
"Saludos, soy el Vigilante. Aunque para vosotros los acontecimientos
se desarrollan en un único espacio-tiempo, desde mi posición, puedo
ver los múltiples hilos dimensionales que dan lugar a infinitos mundos
paralelos, vuestro mundo es simplemente uno de ellos."
"Estoy aquí desde el inicio de los tiempos y disfruto observando todas y
cada una de las variaciones que se producen una y otra vez en el continuum
espacio-tiempo. Es divertido. Y me gusta jugar al rewind-forward.
Ultimamente me interesa mucho el fútbol, un juego que con innumerables
variantes se juega desde hace eones. Y a veces me encuentro con
interesantes paradojas. A veces hay algo imperceptible, rupturas en las
líneas temporales o protecciones internas del tiempo en sí, no lo sé. A
veces parece que hay cosas que desarrollandose de manera diferente cada
vez, es imposible que finalicen de forma distinta. Intentaré
explicároslo..."
"Estoy contemplar un partido muy interesante, uno de los equipos se juega
el campeonato y necesita la victoria. El árbitro del encuentro señala un
penalty. El jugador que normalmente lanza los penalties mira al cielo y
silbando una alegre cancioncilla, se aleja del área contraria. Un compañero
suyo asume funciones que normalmente no le corresponden y se dirige a
lanzar el penalty. Situa el balón y lanza. El portero rival detiene el
esférico y se alegra por ello. Un espectador se hunde en su localidad y sin
saber cómo, le asalta la convicción de que la Albufera es un lago
pestilente y todo aquel que viva en un radio de 50 kms. merece odio
eterno".
"Estamos de nuevo en el mismo partido, pero en otra línea temporal. Ahora
observo como un tal Bebeto corre hacia un balón, se lo quita de las manos a
un tal Djukic y lo situa en el punto de penalty. El portero del equipo
contrario se llama González, y acaba de sufrir un ataque de epilepsia, está
babeando en el suelo. Bebeto se percata de la circunstancia y lanza el
penalty, que golpea el palo izquierdo de la portería; La pelota vuelve
hacia él, vuelve a golpear y rechaza en el larguero. La pelota vuelve hacia
él, vuelve a chutar y da en la cabeza de González, provocándole una
tetraplejia. La pelota vuelve hacia él y.... en fin, me he metido en un
bucle infinito, a veces pasa. Y en dicho bucle, periódicamente, observo un
espectador cagándose en el Miguelete".
"Pero siempre hay otro argumento, otro nudo y otro desenlace. Estoy
observando el mismo partido de antes, pero ahora veo a Bebeto situado bajo
los palos, es el portero del equipo contrario. Valerio Karpin (jugador del
Deportivo, nacido en Coruña, hijo de una mariscadora de Malpico de
Bergantines y un náufrago ruso encontrado en Finisterre con un empalme
brutal y un bibalvo en su glande) se dirige al punto de penalty. Situa el
balón y da tres pasos hacia atrás. El portero Bebeto dice "no vale
pelotazo" y se sitúa tembloroso sobre la línea de gol. Valerio corre hacia
el balón, Bebeto se lanza al suelo cubriéndose la cabeza con las manos,
Valerio chuta raso, el balón golpea en la cara de Bebeto, le rompe la nariz
y sale fuera. Bebeto se levanta llorando y dice que no juega más, que no
valía pelotazo. Un espectador, ataviado con un megáfono, desacredita el
arroz valenciano ataviado con los ropajes propios de un monje sintoísta".
"Otra variante del mismo suceso: el árbitro del encuentro, el Sr. González,
señala un penalty a favor del equipo local. En esta dimensión temporal, las
reglas han variado, y el lanzamiento se hará sin portero. Bebeto, coloca el
esférico, mientras los jugadores del equipo rival se sitúan detrás de la
red de su portería y le dedican muecas y visajes varios, amén de chanzas y
añagazas, ya que es lo único que pueden hacer. Bebeto corre hacia el balón,
pero se tropieza con un raspa de pez-polla que asoma graciosamente del
césped, ya que
Riazor se encuentra suspendido quince mentros por encima de una mejillonera
hidropónica, gracias a un campo de fuerza instalado por una empresa de alta
tecnología radicada en la próspera ciudad de Vigo. Bebeto cae al suelo y
golpea el balón con boca y nariz, tragándose tres molares y dos incisivos.
La nariz le ha quedado como un pegote de plastelina. El balón sale fuera
del campo mansamente. El Sr. González, colegiado del encuentro, señala el
final del partido. Un espectador saca un murciélago de una jaula y le da
muerte cantándole al oído izquierdo, en un espectro audible de 90-120 db.,
el himno de Riego".
"Curioso, ¿verdad?. Infinitas líneas por las que discurre el espacio
tiempo, infinitos sucesos posibles. Y teniendo todo el tiempo del mundo
empiezo a pensar que mi búsqueda es inútil, que he gastado un lapso
demasiado grande de mi interminable vida buscando ese gol imposible. Y creo
que el espacio-tiempo le debe una liga al Deportivo. Pero
sé que lo tengo todo a favor, es cuestión de probabilidades".