Lo que me pasó hoy sería hasta gracioso si no me doliera todo el cuerpo, pero a lo mejor mañana hasta me río. Pasó lo siguiente: Torneo en el Sur de Tenerife. Hoyo 14, par 4 pero se llega de uno con un buen drive. Juega el primero de la partida y se queda en antegreen, juego yo y me voy a la derecha, juega el tercero y se queda corto y juega el cuarto (que es amigo mío) y se va muy a la derecha, toca en un árbol y la perdemos de vista. Nos acercamos a donde pensábamos que estaba la bola de mi amigo y no la vemos por ningún lado. Como íbamos sobrados de tiempo, buscamos a fondo y solo vemos un lugar en donde pudiera estar: encima de una caseta grande que son WC. Uno de la partida trepa por un árbol y yo por otro un poco mayor. Él no ve nada y yo a unos 4 metros colgado como un mono veo 6 ó 7 bolas entre las tejas. Me giro y grito”Pedrooooo, qué bola estás jugando que aquí hay ..... ahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!” resbalón por los tacos de goma y mamporrazo al canto. Desde lo alto del arbolito hasta el suelo habría unas 5 ramas, pues yo toqué en todas y eso me libró de un golpe contra el suelo importante. Se me acercan los tres corriendo y diciéndome que no me mueva, que esperase a la ambulancia. “¿Ambulancia?, no pasa nada, las ramas amortiguaron el golpe. Vamos a seguir.” Pedro que da la bola por perdida y juega una segunda, yo que termino el hoyo con chip y dos putts y nos vamos al 15, par 5. Sale el primero que había hecho birdie, y cuando me toca, hago el amago de hacer un swing de prácticas con el driver y a los ¾ paro como si me hubieran disparado. Lo intento de nuevo y al ver que el dolor en las costillas era muy intenso digo: ”perdón pero no puedo seguir. Al final la caída va a ser más importante de lo que yo pensaba.” Todos me miran con cara de “ya te lo dije” y seguimos jugando, mejor dicho, ellos jugando y yo marcando. A medida que pasaban los minutos la cosa se iba enfriando y el dolor se agudizaba. Llegamos al 18, entrega de tarjetas y le comento a un empleado del club y al director del campo lo sucedido. Me dan todas las facilidades para utilizar las oficinas y llamar a Maphre cuando termine en la ducha. Ahí comienza la odisea. 35 minutos colgado del teléfono para gestionar el “Parte de Accidentes”. Me pidieron Nombre y apellidos, edad, nº licencia, nº de póliza de la RFEG, CIF de la Fed. Canaria de Golf, nº de licencia y CIF del campo donde ocurrió el accidente, los daños sufridos, descripción de cómo ocurrió, etc, etc. Si es algo grave de verdad se muere el jugador en mitad de la interviú. Me voy corriendo al hospital y después de unas radiografías y examen minucioso: 3 costillas de la parrilla izquierda contusionadas con una de ellas fisurada (muy poco), inflamación de elefante en el tendón que une los deltóides a la clavícula que ni sé como se llama ni ganas de saberlo, contractura en el cuádriceps de la pierna derecha y de 20 a 25 días de reposo. Así que un consejo: Si no es vuestra bola, que la identifique “Rita la cantaora”.

¿Cabanillas y El Cortijo C.C. campos fáciles? ............... ni jarto de Gin-Tonics!!!!!