El evento que se ha bautizado como "The Match" tendrá lugar en el campo de Shadow Creek en Las Vegas este viernes 23 de noviembre. Y la polémica ya está servida.
En un evento con una fórmula inédita en el mundo del golf que recuerda más a las grandes noches de boxeo con peleas solo disponibles en televisión bajo Pay-per-View, este partido solo se podrá ver si se desembolsan $20 en plataformas de pago exclusivas.
Y digo que la polémica está servida porque también la promoción del evento ha relegado a un segundo término a los dos pujantes al título, tomando protagonismo la ingente cantidad de dinero al ganador, pero sobre todo, por el grotesco giro promocional que ha cobrado las apuestas paralelas con las que Tiger Woods y Phil Mickelson alimentarán las casas de apuestas en vivo y en directo durante el partido. Ya hay una apuesta entre ambos de $200.000 a que Phil hace birdie en el primer hoyo. No hay límites, pueden apostar en cualquier momento al drive más largo, a meter un putt, dejar un chip a una distancia determinada... toda una alegoría a una ludopatía sin freno.
Los jugadores y sus caddies irán con un micrófono abierto durante todo el recorrido, que al no ir a cortes publicidad en ningún momento, podría darle al espectador una experiencia única para conocer los detalles de la relación caddie/jugador durante el recorrido de un hoyo. En lugar de eso, el ambiente hollywood-iense del evento nos regalará un escenario que no sabemos hasta qué punto estará guionizado.
Para Tiger este evento era una manera de volver a posicionarse como icono de leyenda viva junto, quizás, el único némesis que le ha podido hacer un mínimo de sombre durante su trayectoria profesional. Para Phil, este evento era una oportunidad de conseguir algo de protagonismo y derechos de pulla con una victoria directa sobre quien es, según propias declaraciones, el indiscutible mejor jugador de todos los tiempos.
Pero el golf aquí no importa. Quizás los jugadores tampoco. It´s Show Business al más puro estilo Las Vegas. El dinero es lo importante. En tiempos en los que el golf parece necesitado de grandes reinvenciones, en las que las reglas sufren su mayor cambio histórico dentro de dos meses, en los que la bifurcación y el desarrollo tecnológico del material es una discusión profunda y candente, donde se buscan fórmulas para enganchar a un público más generalizado, a este que os escribe le parece que este viernes quizás se cometa la mayor aberración contra este deporte jamás vista. Los mensajes subliminales que estaremos enviando con este partido pueden ser devastadores.
¿Quién quiero que gane The Match? Me da igual sinceramente, lo que sí creo es que el golf puede que ya haya perdido.
@TakeDeadAim
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