Reconduzcamos el tema con tranquilidad y buena letra.
Empiezo yo


¿Por qué? No hay una sola razón.
Su vida familiar me da igual. No compro que haya crecido en un entorno abusivo y tampoco compro que el 100% de la culpa de su relación con sus padres venga de desavenencias de ellos con su pareja. Pero todos tenemos conflictos familiares en algún grado. Era un tipo raro e introvertido que cayó en brazos de una tía que le hizo sentir bien y se fue transformando poco a poco en el tío arrogante y aparentemente sobrado que proyecta hoy, con un triste daño colateral: la renuncia a su vida familiar pasada. Ce la vie.
Pero a mí eso me la pela. Mi rechazo empezó el día que un tío desconocido y regordete, de esos que evocan imágenes de golfistas de antaño que parecían olvidadas, quedando top 10 en uno de sus primeros torneos suelta tan tranquilo, con ese acento de gañán profundo que tiene (me supera) que el está en el top 5 del mundo. Mira chaval, vete a Parla.
Su actitud y su arrogancia en Ryder Cups no me afecta. Muchos le odian por hacer callar al público, sin embargo muchos de esos mismos adoran a Poulter...

Hay otra cosa que me molesta mucho, y sé que es una tontería, pero no soporto que lleve rojo y negro los domingos. ¿quién coño te crees que eres? Si quieres honrar a tu ídolo dedícale una victoria, pero deja esa imagen icónica para el original... ESPECIALMENTE cuando el original está ese día en el campo como ocurrió en el Arnold Palmer Invitational.
Pero en realidad por donde no paso yo, y tengo la sensación que es la gran razón de la indiferencia del público americano, es por todas las acusaciones que se le acumulan por parte de ex compañeros universitarios y staff sobre su convivencia dentro del equipo y la tendencia a las trampas. Vale que son acusaciones, pero son muchas y variadas y por varios perfiles distintos de jugadores y entrenadores. Mucha agua lleva ese río.
Seguro que ahora saldrán las comparativas odiosas de que si fulano o mengana hizo alguna trampa algún día. Seguro que sí. Pero aquí hablamos de un tío que parece tener una tendencia flagrante que viene de lejos y que ataca la base sobre la que se contruyen los principios de integridad del golf.
Yo llevaba muchos años que no dejaba de jugar tanto tiempo como cuando ganó el Masters
