




















El caso es que ninguno lo sabíamos pero un ejercito de marshalls recorrían el campo observando la mayoría de los golpes que dábamos, no todos pero si los más delicados y comprometidos, y lo más espectacular es que lo hacían sin apenas hacerse notar, puesto que hasta la entrega del premio fue una sorpresa la existencia del mismo, ( ¿¿¿verdad Malaguti???)
Supongo que lo tuvieron difícil dado el nivel de los participantes, Mr Rayas pisándole el drive más largo a Superbesos, Reyertitas dando un recital desde el tee con el driver, Links golpeando en la pepa todos y cada uno de sus golpes, el Cuca que se le oía resoplar y blasfemar como el Capitán Haddock en cualquier cómic de Tintín, Manu pegando el driver desde la calle con más soltura que con el piching, Jamaicas pensando que a los de Antequera estos campos les hacen cosquillas, los del Onubus con puntualidad suiza, Pine ganando el scratch menos 8, Luisja dando moral de forma caritativa a los mataos de Almería, Tonykant reventando camisetas en el backswing, Lafusta martillo pilón, Pepechicha siempre sonriente, Warnis sin despeinarse en ningún momento, Chuitemo enchufando putts uno detrás de otro desde más de 10 m, Alanch jugando driver y 56º en todos los hoyos (incluidos pares 3), el Muyayo dando una vez más su recital peninsular y Disperso que se le hacía pequeño el campo y metiendo lo mismos putts que el mejor y el peor del campeonato (18)…
En fin, hercúlea la tarea de elegir entre tanta excelencia un solo golpe y catalogarlo como el mejor de entre los cientos dados en esta calurosa mañana, ¿qué criterio seguir? ¿como no errar el tiro? ¿Cómo emitir un fallo, más fallo que nunca?
Finalmente se optaron por tres criterios decisivos, determinantes y definitorios del espíritu del torneo:
a) Alguien tan malo y con tan mala suerte que no pueda optar a premio alguno ni por sorteo.
b) Alguien que aporte él mismo el premio para que salga más barato. (Madera 5 que había comprado en el foro y que me traía Luisja)
c) Alguien con sus hijos presentes, gemelos y con 5 años para más señas, que miraran embobados a su padre recoger un premio ESTA VEZ SI…
Tras analizar a todos los participantes el comité me adjudicó el premio por unanimidad, el cual acepto con humildad y orgullo. Pero sin duda todos y cada uno de los participantes se lo merecían igualmente.