En el torneo de este sábado, partidas de tres, y falla uno de los jugadores, con lo cual me veo emparejado con el especimen en cuestión, con licencia por el mismo club que yo, para más señas. Primer hoyo, par 5 con dogleg a izquierda y fuera de límites por la derecha a lo largo de todo el hoyo; como buen hoyo tempranero, me lío, pierdo una bola y termino con un ocho, que canto alto y claro al recoger la bola del hoyo. Mi compañero se lía todavía más, pierde una bola, cae al banker y acaba embocando un magnífico putt de 5 metros, tras el cual me dice
No se ni cuantos golpes dí... ¿nos anotamos siete cada uno?
Lo peor de todo es que él ni siquiera se consideraba un tramposo, se justificaba diciendo que él no iba a jugar para romperse la cabeza siguiendo las reglas, sino que iba a pasárselo bien.
El resto de la vuelta os podéis imaginar con que buen ambiente se desarrolló, aunque creo que no llegó a darse cuenta de que no volví a entablar conversación y que iba siempre unos metros por delante suya cada vez que salíamos del tee a buscar nuestras bolas. Por suerte su juego era tan malo como su ética y no pasó de 20 puntos, por lo que no tuve que preocuparme en demasía de su tarjeta.
Lo más curioso es que al ignorar completamente a mi compañero y dedicarme a jugar, hice una de mis mejores vueltas, con 38 puntos en 15 hoyos (1 punto en los tres primeros después del enfrentamiento, hasta que me calmé y empecé a jugar) para un total de 39.
La parte más absurda vino cuando en el hoyo 15 estuvo intentando convencerme de que colocase en la calle una bola que había perdido en un golpe ciego diciendo que estaba jugando muy bien y que no iba a perder la oportunidad de ganar el torneo por la mala suerte de perder una bola!! No quiero pensar que hubiese pasado si se juntan en la misma partida dos especimenes de la misma ralea. La victoria estaría asegurada para alguno de los dos.
Por supuesto al terminar la partida fui a informar al comité para que lo tengan vigilado para futuros eventos.