Tras unos meses envuelto en una falsa seguridad ( con golpes decentes pero sin dar clases ), entro en barrena y me encuentro en plena crisis golfistica, aunque de vacaciones, en un hotel en Boo de Pielagos, Santander.
Como tirando bolas me sentía dando palos de ciego, decido dar una clase de una hora en Abra del pas ( precioso campo) y bendita la hora, pues nada mas ver unos golpes el profesor me dice que el agarre de mi mano izquierda es desastroso. Ahora que siempre me saltaba el capitulo 1 del libro "defectos y correcciones" de Leadbetter, me veo volviendo a los origenes. Me cambia tambien la subida y el finish y en un rato, aunque con dolor de dedos por volver a agarrar el palo bien, estoy dando buenos golpes con buenas y nuevas sensaciones.
El profesor, excelente. No pongo nombre para que esto no parezca publicidad. La clase me costó casi la mitad de lo que me hubiese costado en muchos campos de Madrid, pero la mayor diferencia la he notado entre una clase personal y las comunitarias que son las que conocía hasta ahora. No hay color y esto, como muchos haceis en estos foros, es lo que de verdad recomiendo.