por Barri » Jue Ene 20, 2011 1:54 pm
Amiguitos plumosos:
Fijaos qué cosas le pasan a un golfista un martes cualquiera. Andábamos el pasado martes el compadre Micalet y yo enfrascados en singular batalla, jugándonos la ya mítica fanta de mirinda a medal jandicar, cuando aconteció el sucedido que os relato a continuación.
Tras jugar un par de hoyos con una bola blanca que proviniente del tee que habíamos dejado atrás nos acechaba con auténtica saña, invitamos a que se uniese a nuestra partida al golpeador de la misma. Un par de semanas antes habíamos tenido la ocasión de ver como dicho especímen, de salida en un par 4, le había arreado un bolazo a una buena persona que se hallaba a un metro del grin enfrascado en un golpe desde bunker. La cosa prometía.
Total, que como digo y animados por la posibilidad de nuevas aventuras, invitamos al pollo a jugar con nosotros. Puede que influyera también el miedo a ser unas nuevas víctimas de su descomunal potencia, no lo niego, el caso es que aceptó compartir nuestra partida.
Las maravillas no se hicieron esperar: lo que allí vimos Micalet y yo haría enrojecer de vergüenza a cualquiera de los Excmos.Sres.Magistrados del insigne y muy renombrado 'Club de los 300', gente que vive por éstos lares y que gozan de gran predicamento entre el público local.
Cuando hizo su primera salida no pudimos más que admirarnos de su gran potencia y precisión; En la segunda, alabamos su golpe. En la tercera, batimos palmas y bailoteamos. A partir de ahí, presos del más absoluto de los asombros, enmudecimos.... fue algo sobrenatural que nos dejaba helados. Hemos compartido partidas con pegadores como Nakio y El tigre, hemos visto bolas volar más allá de Acuario... pero esto... esto... esto.....
¡Esto es todo, amigos! (Porky Pig)
¡Que nooooo, que sigoooooo!
Bien, pues después de alabar, aplaudir, bailotear y quedarnos mudos, pensamos que habíamos visto todo lo relativo a reventar una bola de golf con un palito. En esos momentos pensé que lo único que nos faltaba hacer, aparte de 'la ola', era el famoso paso de break-dance conocido como 'el gusano' en el mismísimo grin. Y llegó el momento.
En el primer par 5, llega de dos golpes a las muy próximas y más inmediatas inmediaciones del grin. Con las mandíbulas descolgadas por el asimbro, Micalet y yo nos mirábamos con cara de boxeadores sonaos.
Pero cuando en el siguiente par 5, el a éstas alturas ya famoso cañonero de Manises se voló el grin por 20 metros de segundo golpe, no nos quedó otro remedio: bailamos el gusano. La apoteosis fue total, y desde entonces estamos con medicación.
Ay, señor..... ¡llévame pronto!
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Barri el Jue Ene 20, 2011 2:03 pm, editado 1 vez en total
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'Nos hemos inventado paises guays como jangley , mengler an glevar' (Los viejunos)