
La idea sería no tanto jugar agresivo o soberbio o con falta de humildad, sino pensando en que lo vas a hacer bien (cada uno dentro de sus posibilidades). Sería tratar de evitar pensamientos negativos que sólo transmiten desconfianza a tu swing.
Ejemplo práctico: estás en antegreen y tienes un approach de unos veinte metros. Te pones a la bola y comienzas a pensar que la vas a pegar filada y te vas a cruzar el green. No quieres chipear pobremente y cuando le vas a dar frenas ligeramente el swing y acabas haciendo un salto de rana. En ningún momento has pensado en dar un golpazo y meterla, tu planteamiento tan sólo ha sido evitar jugar pobremente el chip y, pese a ello, éste ha sido el resultado.
A mí me pasa a menudo, empiezo a dudar del golpe que voy a dar y acabo dando un golpe pobre. También viene de que me cuesta mantener la concentración durante todo el partido y siempre hay un par de hoyos que me acabo yendo.