PAVONADO EN FRÍO
Tras encontrar por el garaje un juego de wedges antiguo, Vokey Spin Milled en terminación Oil Can que daba pena verlos por su aspecto, intenté llevar a cabo algo que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo.
Si los aficionados a la restauración de motos y coches antiguos croman, zincan o pavonan piezas metálicas en sus trasteros, ¿por qué no intentarlo con estos wedges que ya habían sufrido varias pruebas (troquelado de nombres incluido)?.
Como no tenía ganas de liarme con cubas electrolíticas, voltios y soluciones ácidas, tras mucho leer opté por la opción del pavonado.
Este se puede hacer en caliente, llevando la pieza casi al rojo vivo y sumergiéndola en aceite lubricante usado, pero además del engorro de andar calentando y enredando con aceite, el resultado y el tiempo necesario no me convencían.
Leyendo en internet encontré la opción de pavonado en frío, la cual os explico a continuación. Es sencilla, rápida y barata. No entraña demasiado riesgo y no hay peligro de estropear los palos….ni el trastero.
Mi víctima iba a ser en primer lugar un oxidado wedge de 58º.
Los materiales a emplear son muy sencillos de conseguir:
- Lana de acero o lija de metal de grano 400
- Trapo de algodón
- Desoxidante comercial (ácido ortofosfórico) de Leroy Merlín
- Pavonador de cañones de escopeta (dióxido de Selenio al 1%) comprado en cualquier armería.
- Acetona
Comenzamos colocando el wedge en un tornillo de banco. También puede sujetarse a mano, pero el tornillo facilita la operación. Tras ponernos unos guantes de latex (recomendable aunque no imprescindible) comenzamos a mojar todo el wedge con el trapo empapado en el desoxidante, dejándolo actuar unos minutos.
Pasados unos 5 minutos comenzamos a frotar suavemente con la lana de acero, la cual volveremos a mojar en desoxidante. Como por arte de magia veremos como el óxido va desapareciendo y nuestro wedge queda impoluto.
A muchos os pueden entrar ganas de dejarlo así de bonito, pero os aseguro que al estar el acero sin ningún tipo de protección, en un par de días estaría oxidado de nuevo tan solo con la humedad ambiente.
Una opción es barnizarlo como se indica más abajo.
El trabajo “duro” ha terminado. Ahora solo queda desengrasar y pavonar con el fin de que no vuelva a oxidarse.
Para quitar cualquier resto de grasa y de desoxidante lo ideal es lavar primero con cualquier jabón lavavajillas y estropajo; secar bien y una vez seco, limpiarlo con un trapo y acetona.
Con el wedge de nuevo en el tornillo, mojamos ligeramente un trozo de trapo limpio con el líquido pavonador. Es mejor hacerlo en pequeñas cantidades, ya que siempre podremos ir aumentando la cantidad y con ello el tono final.
Frotamos suavemente por todo el wedge, mojando cada poco tiempo de nuevo el trapo.
Con solo una pasada ya veremos como el acero toma un color “smoke” mate, similar al que algunos wedges traen de serie.
En función de las pasadas que demos, el tono será cada vez más oscuro, pudiendo llegar casi al negro mate.
Una vez que consigamos el tono que deseemos, dejaremos secar y limpiaremos con un paño suave para sacar brillo.
A partir de este momento podemos “embellecer” mas si cabe nuestro wedge, pintando las letras y logos como queramos.
En esta ocasión y para abreviar el brico, vamos a usar una pintura color plata, pero se pueden hacer combinaciones muy llamativas.
Para pintar lo ideal es una jeringuilla con su aguja para introducir la pintura en las letras troqueladas, pero si no disponemos de ella, un palillo de dentes nos sirve.
Rellenamos todas las letras y logos con la pintura, y antes de que seque totálmente pasamos un trapo o servilleta de papel empapada en acetona para retirar el exceso. Las pasadas han de ser suaves y repetidas, usando una pieza de papel limpio en cada una de ellas.
Si el resultado no es el apetecido, repetiremos el pintado cuantas veces sea necesario.
Si queremos que nuestro wedge dure años decorado, lo ideal es rociarlo con varias capas muy finas de barniz transparente en spray especial para metales (en Leroy Merlin).
En poco más de media hora, unos wedges prácticamente inservibles han recuperado vida. Aún queda trabajo por hacerles como rehacer las estrías con una herramienta especiálmente indicada para ello, o hacer que los ferrules recuperen su brillo, pero eso lo dejamos para el siguiente brico.
ANTES
DESPUÉS
