Mi hijo, que juega al golf desde los cinco años, lleva mucho tiempo entrenando muy duro con su pofe Isaac Marín (gran profesional y todo corazón). Si bien últimamente no estaba teniendo suerte ni en los torneos de Circuito de Andalucía de la Federación, ni en los torneos de club, era muy evidente su gran evolución. A sus 12 años le va cambiando el cuerpo, el swing y las distancias. Hace unos meses dejó los palos US Kids Tour para, tras un fitting con Ping (realizado por el Gran Borja Tostau), cambiar, tanto maderas como hierros, a Ping G30 a su medida.
Tras el cambio de palos y adaptación a los mismos, veíamos la mejora de su juego y que sus resultados estaban a punto de explotar, siendo capaz ya de dar drivers de mas de 200 metros y atacar con precisión los greenes en regulación. Y ayer ocurrió: 2 birdies, 9 pares y 7 boguies, para un total de 77 golpes brutos (+5 del campo)


El trabajo da sus frutos y este le sirve para aun trabajar con más ganas.
¡Quien hubiera podido empezar con su edad! Pero me queda el honor de ser el padre de la criatura.

