
Tango escribió:j_barrabaja escribió:Tango,Tango, me parece que en realidad solo estas en total desacuerdo con lo que se te ha quedado, de todo lo que he escrito ( que es bastante, por otra parte) Pero hay algunas cosas que se te han pasado por alto, probablemente porque no habré hecho suficiente incapié.
Lo primero es "si ellos deciden matricularse" esto es, si barrabajito y barrabajita optan por jugar al golf, hacer de este precioso juego su hobby, lo primero que tienen que entender es que tiene unas reglas y que tienen que conocerlas para disfrutar y honrar el espíritu del juego (hay según entras a GG, colgado en el salón de esta nuestra casa, un post ante el que todos nos presignamos y humillamos la cabeza, que habla de como un padre ha introducido a su hijo en las reglas del golf) les explicaré antes de ponerles un palo en las manos, cual es el sentido del juego y lo que el juego espera de ellos y por supuesto les explicaré que todo en la vida exige compromiso: que no tendrán unos palos si no están dispuestos a cuidarlos, usarlos con asiduidad y sobra todo, que si no creen de veras que van a disfrutar no me los pidan. Cuando tengan 14 años deberán entender que es bueno salir y divertirse pero que la vida es equilibrio y el golf te da eso y que si se comprometieron con el golf, ahora no pueden faltar a su compromiso por comodidad, por una trasnochada o por comodidad. Que con 14 años tienen que ser suficientemente maduros para saber, con ayuda de sus padres, gestionar su propio tiempo y su ocio de forma responsable.
Todo esto... Bueno, ya sabes que está la cosa esta de "haré con mis hijos lo contrario que mis padres" En su momento a mi mis padres no me exigieron ese nivel de compromiso ni esa autodisciplina (otros tiempos, otra forma de educar... ya sabes) y he salido normal mas o menos, pero creo que mis santos padres que me adoraban, ahí se confundieron.
Igualmente con la wii: la vas a cuidar? Es un capricho o jugarás con ella pese a que implique que tienes que recogerla cada vez? Te comprometes a que no interfiera en los estudios? Eres consciente de que supervisaré lo que haces con ella? Pues si puedo, ahí la tienes, te has comprometido y te exijo que no me falles.
Respecto al fútbol, si te has apuntado a un equipo, eres consciente de que tus compañeros cuentan contigo? Vas a ser honrado con ellos y contigo mismo?
Yo no quiero que mis hijos sean pros, lo que quiero es que sean felices y eso depende de la persona en la que sus padres seanos capaces de convertirlos, aunque sea a costa de renunciar en un momento dado al placer de concederles alguno de sus, espero que muchos caprichos o de tener el corazón en un puño porqué "hice llorar a mi princesita" o de decirles "te apuntaste a un campeonato mañana, no, no te puedes ir a dormir a casa de fulanito (que además es un golfo y os vais de botellón)"
Por cierto bienvenidos al foro GALAXIA EDUCA
Sin ánimo de polemizar (o sí) sigo desintiendo.
De entrada caes en una contradictio in terminis. Dices que piensas hacer lo contrario de lo que hicieron contigo y que quieres inculcar a tus hijos autodisciplina. la autodisciplina, precisamente por ser auto, no se puede imponer ni exigir. Tendrás críos y uno será constante y otro será disipado en el esfuerzo, y contra eso no puedes luchar.
Por supuesto que tienes razón en que hay que explicarles las normas básicas y exigirles cierto compromiso (sobre todo cuando no les afecta a ellos solos, como en el caso los deportes de equipo), pero si tu hijo o tu hija, por emulación de su ídolo (tú) empiezan a jugar al golf, tendrán todo el derecho a tomárselo como un juego, a disfrutar, a dar golpes al aire, a tener días malos... y a querer dejarlo si después de un tiempo ven que no les seduce o no les compensa el esfuerzo o la tensión que les genera.
Tú pones el ejemplo de Tiger. Será muy buen golfista, pero para mí que su padre, con tanto mover al niño de plató en plató y de campo en campo, se dejó algo en el camino: su infancia. Tampoco creo que estén muy orgullosos los padres de Marie Pierce, de las hermanas Williams, de Aratxa S. Vicario o de Agassi, por muchos cuartos y torneos que sus hijos hayan ganado.
Educar es muy difícil, pero en mi opinión, hay que tratar de favorecer que los niños encuentren su camino orientándoles y animándoles, pero siendo conscientes de que su vida es suya. Si tienen facilidad serán ellos mismos (y sus profesores) quienes vayan abriendo el camino. Nosotros debemos estar ahí, dispuestos a ayudar pero sin ser palos en las ruedas.
Mira, uno de mis buenos amigos es ginecólogo, jefe de servicio en un hospital grande en Galicia. Le gusta leer, conversar, salir con los amigos y presumir de novias (lleva años divorciado y las tías se le dan de carallo, al cabrito). Ni es deportista, ni le gusta el deporte, ni tiene excesivo oído musical. Pues bien, te cuento la trayectoria de sus dos hijos varones.
A uno de sus hijos le gustaba el fútbol y jugaba bastante bien. Empezó a entrenar en el colegio, a destacar, o fichó un equipo mejor que en anterior, luego otro y otro... Mi amigo no iba nunca a verlo, y cuando iba, porque su hijo insistía, se fijaba más en las otras madres que en su niño (mi amigo sigue sin entender qué es un fuera de juego).
Mi amigo se preocupaba por que el chico no dejase de estudiar porque, sins er brillante, no era mal estudiante. Y cuando tenía 17 años y estaba en el filial de un equipo de primera división, llegó un día a casa anunciando que iba a dejar los estudios. Ahí estuvo mi amigo para hacerle recapacitar, para hacerle ver que se podía lesionar, etc. En fin, el chico necesitaba un padre en un momento de duda y lo encontró.
Hoy el chico juega en segunda división, se gana bien la vida, y estudia su carrera poco a poco, a razón de un curso cada dos años. No estudia medicina (como le hubiera gustado a su padre) pero estudia. Y el año próximo, también por consejo de su padre, pretende jugar en Inglaterra y seguir allí sus estudios en la universidad.
Al otro hijo le gustaba la música, y tanto insistió en ir a una academia que sus padres accedieron. Los profesores decían que no se le daba mal y recomendaron a mi amigo y a su exmujer que hiciesen un esfuerzo y comprasen un piano. A regañadientes, mi amigo compró un casiotone de segunda mano, pero al chico se le quedó pequeño en un mes. Así que tuvo que hacerse con uno de verdad. El chico QUISO que lo matriculasen en solfeo e hizo la carrera completa de piano. Mi amigo estaba fastidiado. Pretendía tener un hijo médico y se le acababan las balas, pero sabía que no era su vida la que estaba en juego. El muchacho tenía una vocación y mi amigo le dio la oportunidad de seguirla.
Hoy mi amigo tiene a sus hijos lejos. Pedro juega al fútbol en el Villarreal y Yago lleva años viviendo en Nueva York donde compone música y toca por las noches el piano en clubs de jazz. Ni uno es Messi ni el otro Gershwin, ni puñetera falta que hace. Encontraron una vocación ellos solos y la siguieron. Su padre no les llenó al cabeza de pájaros ni les atosigó. Les dejó hacer. Estuvo cerca siempre, pero encima solamente cuando lo necesitaron.
De lo que está más orgulloso mi amigo es de que, a pesar de todo, el que más folla en su casa es él. Y eso, no lo olvidemos, es siempre lo más importante.
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