Venía en toda la semana pegándole a la bola de escándalo, y tal y como estaba jugando sabía que podía aspirar a todo. Mi objetivo era ganar el Circuito entero, pero el primero estaba muy destacado (me sacaba 1400 puntos) y en la final se repartían 2000 puntos (yo creía que eran 3000). Todo pasaba por ganar y el resto tener algo de suerte.
El viernes llegué con un amigo a La Sella para ver el campo, ya que el torneo era a 36 hoyos (sábado y domingo) medal play. Después de jugar el viernes alucinamos un poco con el campo.... difícil, donde se tiene que ir largo y muy recto. Era consciente de que la gente a medal sufriría mucho allí y las forradas sería de escándalo, pero yo podía ser una víctima más. Mi objetivo estaba claro: el primer día no podía descartarme, tenía que dejarme alguna opción para el domingo, así que no me podía liar (siendo hándicap 9, el campo me daba 13 puntos).
Se salía por orden de mérito, así que estaba en la segunda partida hándicap (para mi el scratch era inalcanzable y no era un objetivo realista, ya que jugaba un hándicap 4,7, un 6 y varios 7...). Empecé jugando tal y como lo llevaba haciendo toda la semana, pegándole a la bola como nunca, y dejándome algunos golpes en los greenes (empecé tripateando en el 1 y en el 2). El día fue durísimo, nos cayó un diluvio (con una suspensión de dos horas del torneo), y llovió durante todo el día, por lo que si el campo ya es difícil de por sí, eso ya era mortal. No obstante tenía tanta confianza que me fui agarrando como pude, y acabé con 85 golpes, es decir mi par hándicap, que sabía que era un buen resultado. Por la noche cuando revisamos las tarjetas, vi que iba segundo scratch (el hándicap 4 había hecho 82) y tercero hándicap (con Callaguai enorme haciendo un -1 de su hándicap, segundo).
El objetivo del sábado estaba cumplido, estaba en la pomada. Por la noche, el primero del circuito se había forrado, y estaba haciendo todos los cálculos habidos y por haber; yo le dije que se estaba presionando mucho, y así era. De todas maneras yo estaba muy fuerte, y el domingo iba a morder en el campo. Así fue.
El domingo tiré 20 bolas en el campo de prácticas, y dije, macho, no tires más. Salíamos a tiro esta vez: yo en teoría de un hoyo fácil (el 14), con lo que estaba contento. Salgo yo primero y me hago una escapada a la derecha que alucino a la calle del otro hoyo; desde allí intento recuperar pasando por unos árboles para llegar a calle, y toca una rama y me quedo de nuevo sin tiro a Green, con lo que acabo con un DB. ***** macho, vaya manera de empezar me digo. El siguiente hoyo era un par tres fácil de 120 metros en el que salvo el par, y luego el 16 vuelve a ser un hoyo difícil y largo. Necesito pegar un buen drive, y no irme al agua que hay a la izquierda. Pues dicho y hecho, al agua que me voy, y al dropar aun me quedan 200 metros a bandera, con lo que me casco otro doblata. Muy bien hijo, muy bien, +4 en tres hoyos. Me digo “esto es muy largo macho, toca remar”. Así fue, en los siguientes 15 hoyos con lluvia incluida me hice +4, para un total de 80 golpes, y -5 de mi hándicap.
Sabía que por hándicap, en los dos días medal sería muy difícil que alguien superara ese -5, pero lo mejor es que también había ganado el scratch, lo que me llenaba de alegría.
Al final, de los 1400 puntos en la orden de mérito que me sacaba el primero, los recorte a 28, pero no fueron suficientes para ser el campeón, y quedé segundo (llegaba a la final octavo). En todo caso me alegro, ya que ese jugador había hecho una grandísima temporada y se lo merecía.
Darle las gracias a los organizadores del circuito, ha sido fantástico todo el año.
