

Si es que Sras./Sres. este ingrato entretenimiento que nos hemos buscado es de un tocapelotas que no hay swing que lo resista.

Toda esta disertación viene a colación de los continuos vaivenes que todos sufrimos con la puñetera bolita blanca como telón de fondo….esos días en que parece que el palo es mas bien una guadaña que un instrumento para hacer deporte…esos días en que los chinos, rabazos, socketazos, topazos, filazos y demás variantes desesperantes forman parte de nuestro recorrido por los campos de golf.

Como es posible que un individuo (usease este que les da la turra) se marque durante los últimos meses de juego en su campo habitual unas tarjetas entre 88 y 92 impactos como algo relativamente frecuente….con un juego mas o menos consistente para mi hcp, jugando siempre por debajo de el y Con sensaciones muy positivas…. con un drive corto pero rectito y bien colocado, jugando los hierros de manera decente, las maderas de calle rectitas, largas y al sitio (sin duda mi mejor golpe..pueden dar fe varios foreros que me han visto usar mi querida m5)…aprochando de forma aceptable….y con el putt en estado de éxtasis ya que veo los “bujeros” como si fuesen calderos de grandes.
Pues con todo eso me presento este pasado Sábado a un torneo Greensome con mi compañero de andanzas golfisticas hoyoendos…los dos dispuestos a partir el campo por la mitad y tres cuartos….con una confianza ciega….y pasa lo que me ha hecho escribir este post….la repanocha vamos!!!!!!








A los tres días salgo al campo de nuevo, con la mente ida….sin sensaciones….con desconfianza….y voilaaaaaaaaaaaaaa….empiezan a salir los golpes, las maderas vuelven a ser de escándalo, mi SW se posa donde debe, mi putt sigue en éxtasis….y me calzo 88 impactos de nuevo



