por JotaR » Mié Ago 10, 2011 2:36 am
El otro día mi profesor me reveló la técnica del golpe de bunker. Se hizo la luz. Resulta que se trataba de sacar de un golpe bola "y" arena.
Esto que seguramente a la mayoría le resultará una obviedad, no lo es tanto para quien como un servidor ha empleado tiempo y dedicación a afianzar su personalísima técnica, consistente en regar abundantemente el green de arena en el primer impacto dejando la bola prácticamente en el sitio para en un segundo esfuerzo enviarla de certero filazo a alguna galaxia muy muy lejana...
Así que se abren nuevas perspectivas para mi golf. Debo reconocer que este nuevo objetivo, el de aunar la salida de ambos elementos de un solo golpe, parece mucho más acorde con el sentido general del juego. Casi diría que resulta hasta conveniente. Bajo la tutela del profesor y con las indicaciones precisas, incluso parece sencillo. Craso error. Por supuesto en primera instancia la meta será apuntar a lo verde claro, dejándonos de exquisiteces sobre la precisión del tiro. Además, siempre podremos achacar el exceso de distancia al hoyo a la que finalmente quede la bola a un claro fallo en la colocación de la bandera por parte del responsable del campo. Y total, con eliminar las vergonzantes rodadas cuesta abajo de regreso a la trampa tras un tiro corto habremos dado un gran paso. Por no hablar, imagino la instantánea, de la belleza plástica del vuelo de la bola con esa estela de arena cual estrella fugaz, y al fondo, yo.
Así que en la primera ocasión que me ha surgido en el campo, he desenfundado mi sand con confianza. De ser un tebeo, en mi bocadillo habría puesto "Ahora veréis lo que he aprendido". He acometido el golpe con grandes dosis de entusiasmo y el resultado ha sido una generosa palada de arena huérfana de bola en dirección al green. Eso sí, la arena ha quedado a un palmo escaso de bandera.