Esta semana comencé en un estado muy bueno y sin ningún problema físico. Pero el jueves, en un movimiento tontísimo, me hice daño en la espalda y ya me quedé medio tullido.
Lo primero que pensé fue que se me había fastidiado el partido del sábado, pero decidí no borrarme a ver cómo me encontraba más adelante. Unos ibuprofenos más adelante y el sábado amanecí con molestias, pero soportable. Decidí ir a jugar pero con tiento, no forzar en absoluto y si me aumentaba el dolor, parar inmediatamente.
Pues nada, llego medio cojo a jugar y no doy bolas para no estropearme, caliento bien y me limito a chipear y hacer suines suavecitos.
Después de empezar con par en el primer hoyo (par 5) y una raya en el siguiente (me quedó injugable la salida), hice 31 puntos en los primeros 13 hoyos (incluyendo la raya comentada, 6 golpes en un par 4). La verdad es que estaba jugando con una confianza altísima y me salían bien las cosas. Solo fallaban dos cosas: las salidas con driver (creo que cogí 3 calles en total) y que, pese a que pateé muy bien, hubo varios hoyos en que la bola no quiso entrar y, o bien tocó y no entró o se quedó colgando.
A continuación hicimos una parada para tomar el refrigerio (bocatín y agua) y esto creo que me mató. El sentarme debió hacer que se me enfriase un tanto la musculatura de la espalda y ya salí más ortopédico aún a jugar lo que faltaba. Un 8 al hoyo 1 (raya), par, B, B y DB para terminar.
Al final una pena, llegué a ir -6 y acabé firmando un -2, que no está nada mal y que me sabe muy rico. De hecho, quedé 2º en el campeonato y llevé un premio. Mi handicap, otra vez al 12.0 justo. ¡Pensé que volvía al 11 y se me escapó por poco!
P.D. El buca de turno ya sabe lo que le espera próximamente en La Almarza

