Debido al interés que supone saber con qué material cuento en mi ascenso meteórico al olimpo golfístico, he decidido efectuar las debidas presentaciones en un documento de interés descomunal. Obviamente, a la vista de las siguientes instantáneas habrá quien temblará pensando qué no puedo conseguir con un material moderno y adaptado a mis generosas capacidades físicas y mentales. Por cierto, ésto último me lleva a pensar lo siguiente: ¿existe algún golfista de primerísima línea que sea tontaraz o memo? Yo me creo que no, pero será algo que desarrollaré en algún próximo ensayo literario.
Lo dicho, a las presentaciones. En primer lugar, la majestuosa y microcefálica M3:

Qué mona ella, con su amiguita Inesis... ¿no es enternecedor? Como se puede ver, la microcefalia es más que evidente. Es jodido darle, o le das bien o mandas la bola a escaparrar; Eso si, cuando le pegas bien hace un ruido que es música para los oídos, y la bola corre más que un cobete.
El puter se ha puesto celoso y ha querido unirse a la foto de familia. Como se puede apreciar, es un genuino Mitshushiba con varilla de ¡¡GRAFITO!!. Hay que joderse... tengo los hierros con varillas de acero, las maderas con varilla de acero... ¡y el puter, precisamente, con varilla de grafito! Además, para cuadrar la cara del palo tengo que poner las manos delante de la bola... no está ni cuadrao. Impresionante material. (Forma parte del set de palos que se trajo mi padre de Hong-Kong, allá por los años 80)

Y para terminar, los hierros: aparte de ser más pequeños que lo que necesito (varilla y grip), son jodidos como ellos solos. Eso sí, los palos son buenísimos, y cuando te sale buena la bola te lo cuentan todo. Que las estrías sean un mero recuerdo de su glorioso pasado tampoco ayuda...

Y ésto es una empanada que hicimos en casa el domingo:
