


Pues bien, llego, me saco mis bolas, bueno, las mías no, las de la máquina expendedora, y me sitúo en uno de los puestos de la cancha de prácticas. Saco mi hierro 7 de la bolsa y le quito el plástico protector que nuestro buen amigo Lynyrd le había puesto, me situó delante de la bola y zasss.... la bola en el mismo sitio, me digo a mi mismo, "No pasa nada, solo has cogido un palo 5 veces y la última vez hace 3 años", lo vuelvo a intentar y zasss, esta vez sí, muy mal pegada, pero por lo menos le has dado, y así durante un rato. Me doy cuenta, que en el Backswing, justo antes de "dar" a la bola dejo de flexionar las rodillas y que por eso siempre la pegaba mal, intento mantener la postura y... sorpresa, la bola vuela hasta los 100 metros en línea recta. La pego otra vez, no tan recta como la de antes, pero vuelve a volar hasta pasados los 100 metros.
Después de otras tantas decenas de bolas, unas hacia la izquierda, otras hacia la derecha, alguna mas recta me decido a pegarle un poco más fuerte y zass...... nada más dar a la bola me digo "Esta la he cazado bien" y si, veo la bola volar hasta los 130/140 metros, desaparecer y aparecer rodando hasta los 150



Como os podéis imaginar, me fui a casa con una sonrisa de oreja a oreja y con más ganas que nunca de volver a repetir...
Tenía que contarlo, y siento el ladrillazo.