Queridos, queridas, seres sumidos en la más absoluta de las confusiones:
En primer lugar, agradecer a Micalet la glosa de mis hazañas: Micalet, amigo, sé positivamente que seguiremos compartiendo partidas muchos años; Y cuando digo muchos, quiero decir hasta muy pasada la edad alcanzada por el vetusto y gran Viernes. Seremos jubiletas y ahí estaremos, ya lo verás. Un abrazo.
En cuanto a lo de la partida y tal, queridos pollos, os cuento:
Carioco y Micalet habían quedado para hacer nueve hoyitos rápidos a la hora de comer. Ayer, al enterarme y dado que hacía tiempo que no podía jugar con ellos, me apunté al sarao. Tras mucho rogar, aceptaron mi participación.
Uno de los aspectos del juego por los que más me preocupo últimamente es la estrategia. '¿Qué es la estrategia, Oh gran divinidad?'-se preguntará más de uno-. Pues estrategia es un conjunto de reglas a asumir que aseguren que una decisión, en un preciso momento, sea la óptima. Aquí dejo ésta gota de saber para que quien quiera tome nota y piense sobre ello. Y piense mucho. Sinceramente, creo que es un aspecto absolutamente crucial.
Entre los principales aspectos estratégicos podemos señalar la intimidación (o Escagarruzamiento del contrario). Ilustraremos ésto con la salida en el tee del uno:
Tras ponernos los tres en el tee del uno, y tras manifestarles a mis compañeros que ellos abrían la partida 'y que asumieran la presión correspondiente', me toca el turno. Como quien no quiere la cosa, cojo mi madera 3 (Antuán, va por ti) y pregunto:
- '¿Alguien sabe a cuantos metros está el bunker de la esquina del dogleg?'
- 'A unos 200 metros'-responde Micalet-.
- 'Espero no llegar..' -manifiesto ladinamente-.
Golpe. Bola recta. 215 metros y en el medio del bunker. Contrarios en el raf. Piso ambos drives. Contrarios escagarruzaos. Ahí lo tenéis, pollos: el que golpea primero lo hace dos veces. Fácil.
Es cierto que mis compañeros no han jugado bien, de hecho su performance ha estado por encima de su jandicar. Yo tampoco he jugado bien, es cierto también, y aunque he estado por debajo de mi handicap he podido acabar con un resultado mucho mejor. No menos cierto es que, tras comunicarme Micalet que llevaba 34 golpes, cuatro menos que mis 'rivales' y a falta de tres hoyos por jugar, he pensado: 'No hay problema, en los tres hoyos que faltan puedo conseguir 57 golpes sin esforzarme demasiado'.
No ha sido posible: administrando mi ventaja y arriesgando poco, he conseguido batir a los dos polluelos cacareantes. Me informan que horas después de acabar la partida han visto a Carioco deambulando por las inmediaciones de la pista de rodadura buscando una taileis, moviendo los brazos y gritando a un 747: '¡Quita de ahí, bicho! ¡Quita!'. Me dicen, asimismo, que ha encontrado la bola y al momento se ha tranquilizado. Ha ido entonces hacia un grupo de 'pipers' y aún anda enredado echándoles migas de pan... 'tiiiitas, tiitas-titas-tiiitas', balbucea el pobrecito. Si alguien pasa por allí que lo trate con cariño. Ha sido un shock para él.
En fin... que como les he dicho a mis compañeros, 'no todos los días son fiesta' y fijo que la próxima me tocan el morro bien tocao.
Un abrazo a todos.