Nunca podemos pensar que hemos llegado a nuestro tope, lo primero porque seguramente no sea así, y lo segundo porque estaríamos zancallideando mentalmente nuestras posibilidades de mejora.
Lo bonito de este deporte, por lo menos para mi, es que dominarlo es todo un reto y algo realmente complicado, convirtiendo la sensación de jugar un campo, un reto y una sensación inigualable. Simplemente la realización de un buen swing y la transmisión de este a la bola, ya es algo increible, el otro día en la cancha pegue lo que creo que fue el mejor drive de mi vida.... la bola salió tan fuerte y recta que cuando levanté la vista ya había pasado el 150, la varilla pude sentir como dobló y empaló la bola, y el golpeo fue como si todo mi cuerpo estuviera en el instante adecuado perfectamente alineado para reventar la bola, el resultado fue una bola que nunca sabré que distancia hizo puesto que tras atravesar volando la loma que delimita la cancha de prácticas se perdio de vista. pues ese gole ya me motiva para seguir entrenando y volver a conseguirlo una y otra vez, poruqe si lo he conseguido una vez puedo hacerlo más veces.... En golf todo es un reto, tanto el perfeccionamiento del swing como nuestra particular lucha contra el campo, y creo que merece la pena entrenar para conseguir la satisfacción de ganarte a ti mismo.
Pero vamos, si estos retos no os ponen, siempre os quedarán los 14 ochomiles
