He querido compartir con vosotros este resumen que escribí para los asistentes a los clinics de putt que hice con Geoff Mangum el fin de semana pasado. Es un placer para mí poder hacer de anfitrión para alguien tan comprometido con su profesión. Con suerte podremos estar en Madrid el año que viene.
Resumen de Clinic Putting Zone Geoff Mangum/James Marshall
El jugador debe realizar un proceso de cuatro pasos con todos los putts.
1. La lectura
2. La puntería
3. La mecánica del movimiento en sí
4. El control de la distancia
Los dos primeros son de percepción, los dos últimos de movimiento
Definiciones de referencia para las cuatro destrezas
La Lectura
“La habilidad de predecir el recorrido futuro de la bola”
La Puntería
“La habilidad de apuntar la cara del putt hacia el objetivo elegido y a continuación comprobar esa alineación”
La Mecánica del Movimiento en sí
“La habilidad de patear la bola donde apunta la cara del palo”
El Control de la Distancia
“La habilidad de parar la bola en el lugar deseado”
El control de la distancia es la habilidad más importante de las cuatro porque también sustenta la lectura y el movimiento en sí y lo que sustenta el control de la distancia es el timing. Hay muchos timings disponibles pero el más lógico y sensato sería elegir el timing natural y instintivo de la gravedad y al que nos hemos habituado a lo largo de nuestra vida. El mundo nos enseña este timing desde el primer día de nuestra supervivencia en el planeta y es el nos permite abrir puertas, alimentarnos, coger un vaso de la mesa o saltar por encima de un agujero.
Los instintos, por defensa propia, no nos dan nunca demasiada fuerza porque supondría un fracaso y además un fracaso con dolor y posible lesión. Entonces a la hora de patear si no añadimos en la bajada es imposible pasarnos.
Cualquier otro timing que no sea el de la gravedad es potencialmente más difícil de sincronizar por la intervención muscular necesaria en la bajada para conseguir la fuerza precisada.
Cinco factores a tener en cuenta a la hora de controlar la distancia
1. La bola
2. El putt
3. El timing
4. La velocidad del green
5. La distancia al objetivo
A los tres primeros estamos habituados, la velocidad del green es la que es y la tenemos que aceptar, el único a que nos tenemos que ajustar es la distancia. La distancia se calibra a través del giro del cuello y los nervios del cuello alimentan los instintos situados en el cerebelo y a su vez éstos nos eligen la longitud de la subida.
Un péndulo completo balancea de un lado a otro con el mismo ratio entre la subida y la bajada. Como en el golf, el putt inicia su recorrido en el punto más bajo del péndulo al jugador le enfrenta el reto de incorporarse en el timing del balanceo del putt. Al jugador le precisa realizar la subida y dejar que el mundo haga la bajada.
El control de la distancia permite un control efectivo de la velocidad de llegada de la bola al hoyo que a su vez permite al jugador prever con precisión la curva final de la bola al acercarse al hoyo. La velocidad ideal de llegada es de dos o tres revoluciones por segundo para optimizar la captura de la bola. Velocidades más altas hacen que el hoyo sea efectivamente más pequeño y reducen considerablemente las probabilidades de embocar y en caso de fallo suponen putts de vuelta más largos. Sólo una velocidad de llegada de la bola al hoyo encaja con tu lectura.
Independientemente del tempo elegido debe tener ritmo y eso significa que el tiempo precisado para hacer la subida debe ser la mitad del tiempo necesitado para llegar a la bola en el momento del impacto e igual que el recorrido entero de la bajada.
La física del putt guiada por la gravedad permite un cuadre automático de la cara en el tramo crítico del recorrido, los 10 centímetros a cada lado de la bola en la bajada, con la masa del putt empujando el hombro izquierdo hacia arriba a lo largo de la bajada.
El timing del movimiento corresponde con su punto más bajo y no con el impacto con la bola. Cuanto más suave y menos violento es el movimiento, más probable es que la cara se cuadre y cuanto más brusco, más fácil es que se cierre.
La Colocación
La colocación se inicia desde arriba con la ubicación del cuello perpendicular a los hombros y los hombros paralelos a la línea de tiro. Estamos fijando el mueble de reloj. La línea que se extiende desde la punta de la barbilla hasta el agujero que se forma donde se juntan las clavículas se alinea con el canto delantero del putt. Los ojos deben mirar donde apunta la cara con la nuca paralela al suelo. Los hombros estarán encima de la planta de los pies. Los codos cuelgan naturalmente debajo de los hombros y las manos están por fuera de los codos encima de los dedos de los pies. El putt debe colocarse en la línea de la vida de la mano izquierda y así de esta manera la empuñadura se alinea de forma natural con el antebrazo. Se aplica una presión de 3 en una escala de 0 a 10. El antebrazo fija la presión en las manos y esta presión debería mantenerse en toda la estructura de manos, brazos, y hombros.
La Mecánica del Movimiento en Sí
Todo se pone en marcha con una bajada del hombro delantero, el izquierdo para un diestro. Es muy importante apreciar que los músculos que hacen que baje el hombro no se encuentran en el propio hombro sino son los músculos que unen la parte superior del cuerpo con la parte inferior (las costillas con la pelvis). Es el oblicuo izquierdo (el músculo que utilizamos para rascarnos la rodilla) que se contrae tirando hacia el pie izquierdo el hombro izquierdo. Este arranque hace que las manos desempeñen un papel completamente pasivo, son meros pasajeros en el viaje hasta el final de la subida y de vuelta hacia el momento del impacto. Como comenta Ben Crenshaw, “Una vez iniciado el movimiento es como se completara solo”. La clave para conseguir más regularidad es el mantenimiento del eje del movimiento quieto y en su sitio. El eje se encuentra justo donde se unen las clavículas al final del esternón. Se debe evitar un movimiento hacia delante de este punto.
La Lectura
La lectura exitosa está estrechamente relacionada con la habilidad de controlar la distancia. Sin una velocidad de llegada consistente resulta imposible leer los putts con garantías. El último metro es de una importancia vital porque es precisamente cuando la bola rueda con menos velocidad y se ve más afectada por las caídas.
Conviene intentar imaginar la curva del último metro de la bola y a continuación trazar esta curva de vuelta a la bola, cuando empieza a convertirse en una línea recta, identifica una línea de salida, extiende esta línea y tendrás un objetivo hacia donde apuntar cerca del hoyo.
Hay muchas lecturas diferentes pero sólo una lectura óptima con la velocidad de llegada ideal y esa lectura debe encajar con tu control de distancia.
Un ejercicio relativamente fácil sería imaginar una línea recta entre la bola y el hoyo, estima cuánto caería la bola si tiraras el putt directo hacia el hoyo y a continuación apunta esa distancia al otro lado del hoyo.
Algo aun más sencillo sería siempre intentar mantener la bola en el lado alto de la línea recta imaginaria que va de la bola al objetivo. Es más fácil de lo que parece, pruébalo.
La Puntería
Un proceso de dos pasos. Desde detrás de la bola parte el centro de la bola y el objetivo con el canto delantero de la varilla del putt para identificar puntos distintivos a lo largo del recorrido del putt. Para mayor consistencia conviene elegir un punto cerca de la bola, Geoff recomienda utiliza siempre un punto delante del dedo gordo del pie izquierdo (para un diestro) así de esta manera se forma una “L” como la escuadra del carpintero. El objetivo es hacer que la bola pase por encima de este punto.
La segunda parte del proceso trata de comprobar la alineación del putt una vez apuntada. Si se alinea el cuello con el canto delantero del putt con la cara mirando hacia la bola, con los ojos apuntando hacia donde mira la cara, podemos girar el cuello de tal forma que somos capaces de trazar una línea recta en el green para comprobar la alineación de la cara. Si el objetivo elegido no aparece al girar el cuello de esta manera, el putt está alineado mal.
Resumen de Clinic Putting Zone Geoff Mangum/James Marshall
El jugador debe realizar un proceso de cuatro pasos con todos los putts.
1. La lectura
2. La puntería
3. La mecánica del movimiento en sí
4. El control de la distancia
Los dos primeros son de percepción, los dos últimos de movimiento
Definiciones de referencia para las cuatro destrezas
La Lectura
“La habilidad de predecir el recorrido futuro de la bola”
La Puntería
“La habilidad de apuntar la cara del putt hacia el objetivo elegido y a continuación comprobar esa alineación”
La Mecánica del Movimiento en sí
“La habilidad de patear la bola donde apunta la cara del palo”
El Control de la Distancia
“La habilidad de parar la bola en el lugar deseado”
El control de la distancia es la habilidad más importante de las cuatro porque también sustenta la lectura y el movimiento en sí y lo que sustenta el control de la distancia es el timing. Hay muchos timings disponibles pero el más lógico y sensato sería elegir el timing natural y instintivo de la gravedad y al que nos hemos habituado a lo largo de nuestra vida. El mundo nos enseña este timing desde el primer día de nuestra supervivencia en el planeta y es el nos permite abrir puertas, alimentarnos, coger un vaso de la mesa o saltar por encima de un agujero.
Los instintos, por defensa propia, no nos dan nunca demasiada fuerza porque supondría un fracaso y además un fracaso con dolor y posible lesión. Entonces a la hora de patear si no añadimos en la bajada es imposible pasarnos.
Cualquier otro timing que no sea el de la gravedad es potencialmente más difícil de sincronizar por la intervención muscular necesaria en la bajada para conseguir la fuerza precisada.
Cinco factores a tener en cuenta a la hora de controlar la distancia
1. La bola
2. El putt
3. El timing
4. La velocidad del green
5. La distancia al objetivo
A los tres primeros estamos habituados, la velocidad del green es la que es y la tenemos que aceptar, el único a que nos tenemos que ajustar es la distancia. La distancia se calibra a través del giro del cuello y los nervios del cuello alimentan los instintos situados en el cerebelo y a su vez éstos nos eligen la longitud de la subida.
Un péndulo completo balancea de un lado a otro con el mismo ratio entre la subida y la bajada. Como en el golf, el putt inicia su recorrido en el punto más bajo del péndulo al jugador le enfrenta el reto de incorporarse en el timing del balanceo del putt. Al jugador le precisa realizar la subida y dejar que el mundo haga la bajada.
El control de la distancia permite un control efectivo de la velocidad de llegada de la bola al hoyo que a su vez permite al jugador prever con precisión la curva final de la bola al acercarse al hoyo. La velocidad ideal de llegada es de dos o tres revoluciones por segundo para optimizar la captura de la bola. Velocidades más altas hacen que el hoyo sea efectivamente más pequeño y reducen considerablemente las probabilidades de embocar y en caso de fallo suponen putts de vuelta más largos. Sólo una velocidad de llegada de la bola al hoyo encaja con tu lectura.
Independientemente del tempo elegido debe tener ritmo y eso significa que el tiempo precisado para hacer la subida debe ser la mitad del tiempo necesitado para llegar a la bola en el momento del impacto e igual que el recorrido entero de la bajada.
La física del putt guiada por la gravedad permite un cuadre automático de la cara en el tramo crítico del recorrido, los 10 centímetros a cada lado de la bola en la bajada, con la masa del putt empujando el hombro izquierdo hacia arriba a lo largo de la bajada.
El timing del movimiento corresponde con su punto más bajo y no con el impacto con la bola. Cuanto más suave y menos violento es el movimiento, más probable es que la cara se cuadre y cuanto más brusco, más fácil es que se cierre.
La Colocación
La colocación se inicia desde arriba con la ubicación del cuello perpendicular a los hombros y los hombros paralelos a la línea de tiro. Estamos fijando el mueble de reloj. La línea que se extiende desde la punta de la barbilla hasta el agujero que se forma donde se juntan las clavículas se alinea con el canto delantero del putt. Los ojos deben mirar donde apunta la cara con la nuca paralela al suelo. Los hombros estarán encima de la planta de los pies. Los codos cuelgan naturalmente debajo de los hombros y las manos están por fuera de los codos encima de los dedos de los pies. El putt debe colocarse en la línea de la vida de la mano izquierda y así de esta manera la empuñadura se alinea de forma natural con el antebrazo. Se aplica una presión de 3 en una escala de 0 a 10. El antebrazo fija la presión en las manos y esta presión debería mantenerse en toda la estructura de manos, brazos, y hombros.
La Mecánica del Movimiento en Sí
Todo se pone en marcha con una bajada del hombro delantero, el izquierdo para un diestro. Es muy importante apreciar que los músculos que hacen que baje el hombro no se encuentran en el propio hombro sino son los músculos que unen la parte superior del cuerpo con la parte inferior (las costillas con la pelvis). Es el oblicuo izquierdo (el músculo que utilizamos para rascarnos la rodilla) que se contrae tirando hacia el pie izquierdo el hombro izquierdo. Este arranque hace que las manos desempeñen un papel completamente pasivo, son meros pasajeros en el viaje hasta el final de la subida y de vuelta hacia el momento del impacto. Como comenta Ben Crenshaw, “Una vez iniciado el movimiento es como se completara solo”. La clave para conseguir más regularidad es el mantenimiento del eje del movimiento quieto y en su sitio. El eje se encuentra justo donde se unen las clavículas al final del esternón. Se debe evitar un movimiento hacia delante de este punto.
La Lectura
La lectura exitosa está estrechamente relacionada con la habilidad de controlar la distancia. Sin una velocidad de llegada consistente resulta imposible leer los putts con garantías. El último metro es de una importancia vital porque es precisamente cuando la bola rueda con menos velocidad y se ve más afectada por las caídas.
Conviene intentar imaginar la curva del último metro de la bola y a continuación trazar esta curva de vuelta a la bola, cuando empieza a convertirse en una línea recta, identifica una línea de salida, extiende esta línea y tendrás un objetivo hacia donde apuntar cerca del hoyo.
Hay muchas lecturas diferentes pero sólo una lectura óptima con la velocidad de llegada ideal y esa lectura debe encajar con tu control de distancia.
Un ejercicio relativamente fácil sería imaginar una línea recta entre la bola y el hoyo, estima cuánto caería la bola si tiraras el putt directo hacia el hoyo y a continuación apunta esa distancia al otro lado del hoyo.
Algo aun más sencillo sería siempre intentar mantener la bola en el lado alto de la línea recta imaginaria que va de la bola al objetivo. Es más fácil de lo que parece, pruébalo.
La Puntería
Un proceso de dos pasos. Desde detrás de la bola parte el centro de la bola y el objetivo con el canto delantero de la varilla del putt para identificar puntos distintivos a lo largo del recorrido del putt. Para mayor consistencia conviene elegir un punto cerca de la bola, Geoff recomienda utiliza siempre un punto delante del dedo gordo del pie izquierdo (para un diestro) así de esta manera se forma una “L” como la escuadra del carpintero. El objetivo es hacer que la bola pase por encima de este punto.
La segunda parte del proceso trata de comprobar la alineación del putt una vez apuntada. Si se alinea el cuello con el canto delantero del putt con la cara mirando hacia la bola, con los ojos apuntando hacia donde mira la cara, podemos girar el cuello de tal forma que somos capaces de trazar una línea recta en el green para comprobar la alineación de la cara. Si el objetivo elegido no aparece al girar el cuello de esta manera, el putt está alineado mal.
@ James Marshall
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