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La gloria, en el deporte como en la vida, es eterna. Lo saben bien los campeones que escriben la historia de las principales competiciones, sean de un deporte popular como el fútbol sean de otros más exclusivos como el golf. Y en el golf, el hombre que más historia ha escrito en los tiempos recientes es el de Tiger Woods, campeón estadounidense que hace más de veinte años empezaba a marcar con su nombre los principales torneos del mundo y ahora ha vuelto a validar su condición de predestinado.

El nativo de Cypress, en el estadio de California, ha sido el gran protagonista del último Master de Augusta, que se ha disputado hace unos días. Su victoria, con casi 44 años de edad, ha sido el broche de oro a una carrera excepcional, la de un atleta que para muchos es el mejor golfista de todos los tiempos. El estadounidense, que hace algunos años había caído en un pozo depresivo por problemas personales, ha vuelto a ganar un trofeo importante después de más de 10 años. Entre el US Open de 2008 y el Master de Augusta de este año, Woods ha pasado por una serie de problemas que hubieran cortado la carrera de cada deportista. Pero él ha sabido aguantar, y sobre todo levantarse.

Woods y Dustin Johnson son los grandes candidatos a la victoria del torneo PGA que se disputará a mediados de mayo en los prestigiosos campos de Farmingdale, en Nueva York. Su gran actuación en Augusta, en el que Woods ha conseguido su decimoquinto trofeo ‘major’, ha sido para enmarcar, y lo ha vuelto a proyectar a lo más alto del ámbito del golf mundial. Su increíble vuelta tiene algo de romántico, pero es también fruto de muchos sacrificios y de la constancia de entrenamiento perpetrada por un campeón que ha sabido derrotar unos cuantos problemas personales importantes. Entre estos, unos cuantos problemas en la espalda que lo han obligado a operarse en cuatro ocasiones. Su victoria en Augusta es la revancha de un campeón que no quiere rendirse y tampoco siente el paso del tiempo y de los años, sino que se retroalimenta de su pasión por el golf y de su experiencia para ganar. Tras haber amenazado con retirarse para siempre de las competiciones profesionales, el golfista más famoso de la historia ha vuelto para quedarse y seguir sorprendiendo.

El torneo PGA que se disputará en unas semanas será una cita mucho más importante que de costumbre, ya que la vuelta agresiva de Woods a lo más alto lo hace una competición más vibrante y completa. Como Roger Federer en el tenis y Michael Jordan en el basket, Tiger Woods se ha alzado a símbolo de un deporte de magnitud mundial. Su leyenda de campeón incombustible ya es eterna y ha tenido su confirmación en Augusta.

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