Durante mucho tiempo en el mejor de los casos hemos aceptado (yo mismo también lo he aceptado) que había diferentes flexibilidades de varilla, y que cada flexibilidad correspondía con un rango de Velocidades de Swing. Y digo en el mejor de los casos porque otras veces simplemente hemos cogido algún palo de un stand sin ni siquiera darnos cuenta de cuál era la flexibilidad de la varilla para después darnos cuenta que este palo no se adapta a nuestra velocidad de swing.

El objetivo de esta entrada en nuestro blog es presentar una justificación suficiente de la vinculación entre la velocidad de swing y la flexibilidad de las varillas. Lo que vamos a presentar no es una justificación con un modelo detallado. Todo buen fitter sabe que después de la selección de la varilla basada en la velocidad de swing hay muchas otras cosas que pueden alterar ligeramente la varilla aconsejable para un determinado jugador.

En primer lugar es de justicia incluir la referencia a los modelos empíricos realizados por los compañeros de Galaxia Golf para intentar medir la flexibilidad en base a parámetros físicos, y que son el origen de los pensamientos aquí reflejados.

Flexibilidad y frecuencia de varillas
Flexibilidad y frecuencia de varillas II

Las varillas son un sistema muy parecido a un muelle, y la cabeza es un sistema parecido a un peso asociado al extremo de dicho muelle. Para los que hemos estudiado oscilaciones armónicas (os ruego a lo que no lo recordéis que hagáis un esfuerzo por aceptarlo) el sistema del muelle y el peso (en ausencia de rozamientos que lo deceleren) una vez desplazado del equilibrio empieza lo que denominamos movimiento armónico, porque se puede medir en términos de alternancia o armónicos, que son equivalentes a movimientos circulares.

Si modelizamos el swing de golf como un movimiento circular nadie se sorprendería. Y si consideramos el movimiento armónico del swing de golf, asociado al sistema armónico de vibración de las varillas, ¿no sería lógico que estuvieran en sincronía, es decir que se movieran en la misma frecuencia?

Así es, para que la varilla este armonizada con el swing, las frecuencias deben ser parecidas. Si la frecuencia de la varilla fuera superior a la del swing de golf, la varilla se sentiría vibrante en el movimiento de swing. Y si la frecuencia de la varilla fuera inferior a la del swing de golf, la varilla y su peso se sentirían como lastres retrasados en el conjunto. En ninguno de los dos casos estarían en armonía.

Ahora, algo de física y matemáticas, que espero sea sencillo de entender.

La velocidad de swing, por ejemplo de un driver, es el resultado de multiplicar la velocidad angular de giro por el radio de giro. Si consideramos una longitud de driver de 45 pulgadas (sistema métrico inglés, en metros 1.1684), para una velocidad de swing de 100 mph (millas por hora) equivalentes 44 metros/segundo, le correspondería 37,65 radianes/segundo (os recuerdo que radianes es una medida de ángulo). Si lo pasamos a ciclos por segundo obtenemos un valor de 5.94.

Os adjunto una gráfica en la que veréis todos los parámetros que he mencionado. Por favor, fijaros en las líneas que marcan la flexibilidad y los números que marcan los ciclos por segundo a la izquierda de la gráfica. Algunos fabricantes de hecho marcan sus varillas no por códigos de letras, sino por números y los números son los cps asociados a la flexibilidad que se ven en la imagen.

grafica flex.png




Utilizando la misma conversión de cps a velocidad de swing en millas por hora que hemos descrito con antelación se puede construir una tabla como la siguiente en la que se relacionan flexibilidades de varilla con Velocidad de Swing.

Captura de pantalla 2017-01-23 a las 19.47.49.png



Espero que hayamos conseguido dejaros un pequeño poso de que hay razones físicas para la elección de la velocidad de la varilla, al menos como punto de partida. Y que a partir de ahí un buen fitter os podrá recomendar algunas pequeñas modificaciones de flexibilidad para acomodarlas a vuestro swing concreto.

@agsmith

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